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SALAMANCA
Domingo, 17 de noviembre 2024, 06:15
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Un salmantino de 75 años se sentará el próximo día 25 en el banquillo de acusados de la Audiencia Provincial para enfrentarse a una condena de 23 años de prisión que le pide la Fiscalía acusado de agredir sexualmente durante años a sus dos nietas desde bien pequeñas, informan fuentes del caso a LA GACETA.
El Ministerio Público acusa a T.M.A. de dos delitos continuados de agresión sexual sobre víctima especialmente vulnerable y con prevalimiento de la relación de parentesco. Además de la pena de cárcel, solicita su inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela y guarda o acogimiento durante 5 años y la inhabilitación para empleo, cargo, oficio o profesión que conlleve contacto regular y directo con menores por un tiempo superior en 10 años a la duración de la pena de prisión que finalmente se le imponga, así como la prohibición de aproximación y comunicación con las víctimas durante 5 años.
Le pide por último que indemnice a cada una de las víctimas en 15.000 euros, así como el pago de las costas del juicio.
Relata la Fiscalía en su calificación provisional que, entre 2011 y 2018, el acusado recibía las visitas de sus nietas en su domicilio de la ciudad de Salamanca.
Detalla respecto a una de ellas que, cuando acudía a la casa de sus abuelos, y se quedaban a solas, el abuelo la sentaba encima y le tocaba espalda, brazos y piernas.
Un día ella le comentó que tenía un pequeño bulto en un pecho y su abuelo la tocó por debajo de la camiseta para ver si le había crecido y le tocaba también el otro pecho después, siempre que estaban solos, para ver si le habla crecido el bulto.
Prosigue la Fiscalía que también le metía la mano por debajo de la ropa e incluso le introducía dos dedos en la vagina. Esto era habitual y ella no sabía cómo reaccionar hasta que cumplió 12 años y le preguntó a su abuelo porqué hacía esto y él le dijo: «Para que aprendas a decir que no cuando no quieras».
La niña se quedaba algunos días a dormir en casa del acusado, que la llevaba a actividades extra escolares a la mañana siguiente. De tal forma, un día que no estaba su abuela, este le dijo que lo acompañase a la cama de matrimonio que no le iba a hacer nada, ella fue y le realizó tocamientos por todo el cuerpo.
Respecto a la otra menor, señala. cuando tenía 8 años e iba a casa de sus abuelos los fines de semana, el acusado realizaba actos similares con ella y concreta que un día mientras la niña se duchaba, su abuelo entró en el baño y se quedó mirando hasta que llegó su abuela. Este no fue el único hecho, llegando a actos sexuales mayores hasta que la niña cumplió los 13 años.
La pequeña se hacía cortes en el cuerpo cada vez que su abuelo realizaba estos actos, precisa el Ministerio Fiscal, que concluye añadiendo que, según informes forenses, las dos víctimas presentan a día de hoy trastorno por estrés postraumático, complejo grave.
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