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Un imagen del juicio de Santa Marta. ALMEIDA
Crimen en Santa Marta: después de tres cuartos de hora de paliza, David partió el cráneo de Yeis de un pisotón

Crimen en Santa Marta: después de tres cuartos de hora de paliza, David partió el cráneo de Yeis de un pisotón

El informe imparcial de los forenses acredita que aunque murió por la sumersión en el agua, la lesión en la cabeza era mortal: le dejó la huella de la zapatilla «tatuada». Señalan además que pese al consumo de alcohol, David mantenía sus facultades, es decir, sabía lo que hacía

M. C.

Salamanca

Martes, 24 de septiembre 2024, 10:31

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Los forenses que realizaron la autopsia al cadáver de Yeis han concluido que el autor de la brutal paliza, que se prolongó durante unos tres cuartos de hora, culminó su acción con un fuerte pisotón en la cabeza que partió el cráneo de la mujer. Una lesión mortal, aunque la causa de la muerte fue la sumersión en el agua. En la cabeza se halló además la huella de calzado de la pisada, que apareció ‘tatuada’ en la cabeza de la víctima, compatible con el zueco que llevaba el acusado, según los peritos de Criminalística de la Guardia Civil.

El cadáver de Yeis presentaba múltiples lesiones, entre ellas tenía la mandíbula deformada y la huella de la pisada en la cabeza. Lesión por sí sola mortal, han señalado los forenses, que han manifestado que también presentaba diversos hematomas adyacentes y que tenía sangre completamente infiltrando todos los tejidos debajo de la piel. Golpes, puñetazos y patadas que implican “gran violencia” por todo el cuerpo, pero de manera especial en la zona de la cabeza. Los forenses han señalado además que “no había señales de defensa” por parte de la víctima.

El sofá del salón y la pared estaban llenos de gotas de sangre, a una distancia importante de donde se habían producido las lesiones, según el vídeo que mandó el acusado a sus amigos. Un detalle más que implica la gran violencia llevada a cabo por el criminal, señalan los forenses.

Además han añadido que Yeis estaba “viva pero agonizante” cuando la sumergió en el agua, “luchando por su vida, sin fuerza siquiera para no tragar, las vías respiratorias estaban inundadas”, han explicado. Conclusiones incompatibles una vez más con la versión de la defensa: que solo la salpicó, que la metió en la bañera únicamente para reanimarla.

Además los forenses también se han referido a que los análisis muestran que ella iba muy bebida y drogada y que él era consumidor de drogas desde antes de los hechos, lo que unido a un menor consumo que ella, explican que “su comportamiento fuera normal, su manera de razonar era normal pese al consumo de alcohol”, han asegurado, prueba de ello es que “había señales de que había limpiado la mesa” tras los espeluznantes hechos.

La actitud del presunto asesino fue “colaborativa, incluso desde el momento del levantamiento del cadáver”, han señalado, pero no en todo sino en lo que le interesaba a él. “No contestaba a lo que había pasado, no facilitó la investigación, eso quiere decir que sabía lo que hacía”, han manifestado.

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