«Se busca personal, no es necesaria experiencia»: condenan a un empresario de Salamanca por abusos sexuales a un menor de edad

«Se busca personal, no es necesaria experiencia». Bajo este reclamo en una aplicación de mensajería instantánea, un joven empresario de Salamanca contactó con un menor del que acabó abusando sexualmente durante un viaje a una supuesta obra en el País Vasco y al que ni siquiera llegó a registrar en la Seguridad Social.

La Audiencia Provincial de Salamanca ha acogido este martes la conformidad entre las partes en el procedimiento seguido contra J.D.G. por un delito de agresión sexual y otro de falsedad documental.El acusado se enfrentaba a una pena de tres años y seis meses de prisión por el delito de agresión sexual y otra de un año y seis meses por el de falsedad documental. Penas que finalmente han quedado reducidas a un año y seis meses de prisión por el primero y seis meses por el segundo. Dos años de cárcel en total con los que el acusado se ha mostrado conforme. Al no superar la pena los dos años, probablemente J.D.G. no llegará a ingresar en prisión al no haberse opuesto ninguna de las partes a suspensión de la pena, eso sí suspensión condicionada a que realice un curso de reeducación sexual.

Además, la condena incluye una medida de alejamiento e incomunicación con la víctima durante un periodo de cinco años y que le indemnice con un importe de 2.000 euros. Según informan fuentes del caso a LA GACETA, el acusado tiene una empresa, de manera que a través de una aplicación de mensajería puso en su momento una oferta de empleo, bajo el reclamo: «Se busca personal, no es necesaria experiencia».De esta manera, J.D.G. contactó con la víctima, un menor de 17 años de edad, que aceptó el trabajo y dado que todavía no era mayor de edad su madre tuvo que firmar el contrato.

Pese a ello, el empresario no llegó a registrar al chico en la Seguridad Social y por eso ha sido condenado ahora por un delito de falsedad documental (le pedían un año y medio de prisión que ha quedado en seis meses). Además, tal y como el acusado ha reconocido, ambos fueron a una supuesta obra en Vitoria y se alojaron en una pensión, en la que J.D.G. realizó tocamientos íntimos al chico, aunque sin llegar a tocar sus partes íntimas. Por este motivo le pedían tres años y medio de prisión acusado de un delito a agresión sexual, que se ha rebajado a un año y medio, que el acusado ha aceptado.

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