Los hábitos a seguir para mejorar el tránsito intestinal
Un especialista digestivo resuelve numerosas dudas, advirtiendo de situaciones a la hora de ir al baño ante las que hay que estar atentos
Sábado, 28 de mayo 2022, 13:32
¿Crees que realmente vas bien al baño o te descoloca no hacerlo diariamente, o por el contrario, más de una vez al día? Infosalus a un experto de la Fundación Española de Patología Digestiva (FEAD) y especialista Aparato Digestivo del Hospital Universitario Jerez de la Frontera (Cádiz), el doctor Antonio M. Moreno García, quien resuelve todas nuestras dudas en este artículo.
“Debemos observar la frecuencia con la que acudimos al baño y las características de las heces. Si atendemos a la frecuencia con la que defecamos, en los países occidentales, como norma general, se considera una frecuencia defecatoria o ritmo intestinal normal, aquel que oscila entre las tres deposiciones al día como máximo, y las 3 deposiciones a la semana como mínimo”, explica este experto.
Ahora bien, según la forma y consistencia, el doctor Moreno García dice que serían heces que tienen forma de salchicha con o sin surcos, o heces de trozos blandos, suaves y con bordes bien definidos. “También debemos atender al color, que irá variando en distintas tonalidades del marrón, y observar que no existen restos de sangre”, agrega.
Así, este especialista en Aparato Digestivo advierte de que existen unas situaciones ante las que debemos estar atentos y consultar con un médico para que evalúe el caso. Subraya que, básicamente, hay que observar si existen cambios en la frecuencia con la que se defeca y en las características de las heces, y sostiene que, como datos generales, se debe consultar si:
1) Hay cambios no puntuales en la frecuencia con la que se defeca:
- Si presenta un aumento del número de deposiciones o de diarrea, con o sin sangre en las heces, que puede hacer que nos levantemos durante la noche, que pueda ir asociado pérdida de peso.
- Si presenta estreñimiento persistente que antes no existía, o se debe realizar un mayor esfuerzo para defecar. Atención si se asocia a pérdida de peso.
2) Hay cambios en las características de las heces. Hay datos como:
- Tener las heces negras como el alquitrán, pegajosas, que pudieran indicar una hemorragia digestiva alta.
- Si hay sangre roja puede indicar desde una situación leve, como es un problema hemorroidal, hasta otras más graves como una enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa), o una neoplasia de colon.
- Presencia continuada de heces pastosas, que flotan y como con gotitas oleosas en el agua, puede hacernos pensar que estemos ante un caso de maldigestión de alimentos, como es la insuficiencia pancreática exocrina que ocurren en las patologías pancreáticas tipo pancreatitis crónica. Si solamente flotan, son más pastosas, puede que estemos ante cuadros de malabsorción, como son la intolerancia a la lactosa o la enfermedad celiaca.
- Aparición de heces blancas, denominadas acólicas, normalmente cuando se acompañan de orina oscura (coluria), nos indica que estamos ante una patología que dificulta el drenaje de la bilis al intestino como es la coledocolitiasis (cálculos en el conducto de salida de la bilis al intestino), o bien ante un problema pancreático.
Con ello, preguntamos al doctor Moreno por las patologías que presenten un mal tránsito intestinal como uno de sus síntomas: “Las alteraciones en el transito intestinal tanto como por exceso, diarrea, como por defecto, estreñimiento, nos pueden indicar que estemos ante un problema de nuestro aparato digestivo o de otros órganos y sistemas no digestivos”.
En último lugar, el miembro de la FEAD enumera una serie de hábitos que pueden ayudarnos en nuestro día a día para mejorar nuestro tránsito intestinal:
- Realizar actividad física adaptada a nuestras capacidades ya que el deporte no solo mejora el sistema cardiovascular, si no que mejora la motilidad de nuestro tubo digestivo, favoreciendo nuestro tránsito intestinal.
- Mantener una buena hidratación y consumir alimentos ricos en fibra como son la fruta, la verdura, y los alimentos integrales.
- Evitar el exceso de sal y el consumo de alimentos ultraprocesados.
- No reprimir el deseo de defecar, es decir, si tenemos ganas de ir al baño y la situación lo permite es aconsejable hacerlo.
- Evitar el consumo de alcohol y de tabaco, ya que entre otros muchos efectos nocivos sobre nuestro organismo interfieren en la motilidad intestinal y dificultándola.