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La cuenta atrás para la vuelta al cole ha comenzado y, con ella, las familias se preparan para el fuerte desembolso que llega cada año coincidiendo con el final del verano. Hasta 300 euros de media por niño se gastará una familia en libros de texto, a los que habrá que sumar el dinero para material escolar, uniformes y calzado, lo que, en la cuenta final, podría traducirse en otros 200 o 300 euros más.
Toca apretarse el cinturón en un regreso a las aulas «más moderado» que otros años porque la subida no ha sido tanta con respecto al curso pasado. El problema, como reconocen desde librerías y grandes superficies, es que se suma al 20% de subida que han acumulado los libros de texto en estos últimos tres años. Entonces, el mayor precio del papel y del plástico y, también, los problemas con el transporte fueron los responsables del aumento de gastos, factores que este año parecen haberse relajado. De hecho, como explican desde una gran superficie, el paquete de folios está hoy más barato que hace un año.
También desde la Asociación de Empresarios Salmantinos del Comercio se señala este «gran esfuerzo» que deben realizar las familias y que deja tan tocada la economía doméstica cada mes de septiembre. «El gasto en libros ha aumentado un 20% en estos años, pero los salarios no lo han hecho en la misma proporción, lo que supone un nuevo apretón a la ya maltrecha economía de las familias», asegura el secretario de AESCO Antonio Flórez, que señala que este fuerte desembolso también afecta al resto del comercio. «Ahora se compra lo obligatorio y el resto es secundario», asegura.
La vuelta al cole suponía también una planificación que, con el tiempo, ha ido cambiando en las familias. José Luis Delgado, uno de los libreros más veteranos de la capital, asegura que muchas familias siguen optando por dejar los libros reservados nada más acabar el curso. «Como nos conocen de toda la vida, vienen y nos piden que nos encargemos de todo», explica. Aunque también hay quienes prefieren esperar a los primeros días del curso para comprobar que los manuales reservados son los correctos. Y lo mismo ocurre con los productos de papelería. «Hay muchos padres que esperan a saber el cuaderno concreto que quiere el profesor para comprarlo y de ahí la gran afluencia de gente que tenemos esos días de clases», explican desde una gran superficie.
Los libreros reconocen que está siendo una campaña «buena» en ventas, aunque el hecho de que este año no toque cambio en los libros supone haber vendido «algo menos» que el curso pasado, en plena aplicación de la LOMLOE.
También han cambiado los hábitos a la hora de comprar el uniforme escolar. Si antes las familias se hacían con las prendas que necesitaban al inicio de cada curso escolar, ahora es cada vez más habitual estirar al máximo la vida útil de cada pantalón, polo o jersey y comprarlo en el momento en el que realmente se necesite. De ahí que en las tiendas y grandes superficies se haya optado por mantener la ropa colegial durante todo el curso.
Igual que ocurre en los libros de texto, los precios de los uniformes se mantendrán estables este año, con un desembolso medio de 80 euros en el caso de los niños y de 100 en el de las niñas.
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