Borrar
Víctor Sagredo, jefe del servicio de Medicina Intensiva del Hospital. CUESTA
Víctor Sagredo (jefe de Medicina Intensiva del Hospital): "Si nos hubieran confinado antes, se habrían salvado vidas"

Víctor Sagredo (jefe de Medicina Intensiva del Hospital): "Si nos hubieran confinado antes, se habrían salvado vidas"

"Hay que salir, pero el virus sigue ahí y es serio", afirma en una entrevista a LA GACETA, en la que, además, asegura que se necesitan "más respiradores"

Marian Vicente, Javier Hernández y FOTOS GACETA SALAMANCA

Domingo, 24 de mayo 2020, 20:59

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Víctor Sagredo (Palencia, 1962) es el jefe del “macro operativo” de intensivos de Salamanca para hacer frente a la COVID, está moderadamente satisfecho. Cuenta a LA GACETA en primera persona lo que han vivido los que cada día se llevaban los aplausos desde los balcones y él destaca, sobre todo, la coordinación que ha habido entre los distintos servicios. Asegura que no es capaz de explicar con palabras lo que han visto los intensivistas en las camas de la UCI, el dolor que les ha producido a todos los sanitarios ver la soledad con la que muchos pacientes han muerto e insiste en que ha habido pacientes muy malitos que eran jóvenes y no tenían patologías previas. A partir de mañana saldremos un poco más a la calle y él quiere pedir que no nos relajemos demasiado porque “el virus es algo serio”.

-¿Como está física y anímicamente?

-Cansado porque ha sido duro. Jornadas de muchísimo trabajo y muchísimo estrés tanto físico como psíquico. Por momentos parecía que no llegábamos, que los enfermos nos superaban y hemos trabajado con un ritmo alto y tomando decisiones que a veces no son muy cómodas. Luego la monotonía se empieza a notar y tenemos ganas de ver otros enfermos y volver a nuestra vida de intensivistas con pacientes que no sean neumonías por la COVID.

-¿En algún momento ha sentido miedo?

-No sé si decir miedo, pero hemos trabajado un poco con la neurosis de poder contagiarnos y sobre todo desde el punto de vista de nuestras familias. Miedo a transmitírselo a tus hijos. Mi situación personal ha sido incómoda, pero ha habido compañeros aislados que están en situación de estrés y soledad porque llegan a casa y no hay nadie, toda su familia se marchó a otra zona.

-¿Cuándo se dieron cuenta los intensivistas de la gravedad?

-Muy desde el principio. Recibíamos los primeros casos con neumonías muy graves y en pacientes no tan mayores como nos habían contado. Creo que teníamos una información ‘no completa’ y ya cuando vimos lo de Italia comenzamos a preocuparnos porque empezamos a pensar que nos iba a pasar a nosotros. Al ingresar esos primeros casos vimos realmente la situación de gravedad y nos preocupamos muy pronto. A mediados de marzo sabíamos que la situación iba a ser muy seria. No sé si sería capaz de transmitir lo que realmente ha sido esto, pero ha sido mucho, mucho más de lo que la gente piensa o de lo que la gente es consciente. Ha muerto mucha gente y gente joven que no tenía otras enfermedades pero evolucionaba muy mal y acababa falleciendo. Insuficiencias respiratorias graves, otras complicaciones secundarias, fenómenos trombóticos, sobreinfecciones... Ha muerto mucha gente no tan mayor.

-¿Se tomó tarde la decisión de confinar?

-Probablemente de tomarse antes habríamos salvado vidas. Quizás no fueron capaces de prever la gravedad. Los médicos veíamos lo que pasaba a los vecinos de Italia, pero siguieron existiendo muchos eventos. No puedo asegurar que habría cambiado la cosa, pero tenemos la sensación de que sí.

-¿Por qué no dieron la voz de alarma?

-Hemos dado la voz hasta donde hemos podido darla. Estábamos advirtiendo de la situación tan seria que se nos venía. Puede que no hayamos sido capaces de transmitirlo con todo el rigor que debíamos.

-¿Por qué Salamanca tiene unas cifras tan malas?

-Son todo suposiciones, pero puede ser la cercanía a Madrid y los eventos deportivos una semana antes de que llegara la crisis.

-¿Creen que les llegaron casos antes de marzo que se les pasaron por alto?

-De forma retrospectiva analizamos algunos casos y no podemos descartar que no fueran COVID. Serían pocos casos, pero alguno sí que pensamos que podría ser. Al principio éramos muy creyentes en los test diagnósticos y si salía PCR negativo lo creíamos y luego te llevabas sorpresas. Hemos tenido casos con sospecha clínica clara y que los hemos considerado positivos aunque la PCR daba negativa. Eso al principio nos pilló sin prepararnos. Creíamos en la PCR negativa y con esos enfermos no se tomaron tantas medidas y ahí cayeron algunos compañeros. Eso nos complicó el manejo del paciente.

-¿Habrá rebrote en otoño como advierten algunos epidemiólogos?

-Si soy teórico diría que sí, pero en el fondo del corazón me gustaría decir que no. Creo que lo habrá, pero no como el de ahora. Estamos más preparados y más concienciados. Hay que hacer más test y rastrear a los asintomáticos y lo controlaremos.

-¿Estaba el Hospital preparado?

-Hemos sido capaces de responder, pero ningún hospital de España estaba preparado para lo que nos llegó. La capacidad de responder ha sido buena y es importante que hayamos sido capaces de coordinarnos un montón de servicios y de trabajar de forma simultánea. Veíamos que aquello se nos iba y rápidamente Cardiología puso a nuestra disposición la Unidad de Coronarias. Se organizó un Comité de Críticos que se reúne diariamente desde que esto empezó con la dirección y subdirección médica. Incluidos sábados y domingos. Se ha trabajado de una forma muy coordinada, de forma extraordinaria y eso permitió que el Hospital pudiera ir un poquito por delante de las necesidades, aunque al límite. Ningún día hemos tenido camas cero de UCI. Me gustaría destacar que hemos sido capaces de trabajar en equipo con mucha gente. Los intensivistas lo hemos dirigido porque somos los que llevamos este trabajo, pero se han incorporado muchos de otras especialidades que han colaborado de forma magistral y es mi deber agradecérselo. Lo digo de corazón. Ha sido un ejemplo de colaboración y una de las cosas buenas que podemos sacar de esto. No lo parecía, pero sí somos capaces de trabajar juntos.

-¿Temió algún día que se llenara y no hubiera camas?

-Montamos la Endoscopia y todavía teníamos opciones. Montábamos camas extendidas, pero eran camas de UCI entre comillas: sin monitorización central y con enfermeras que se han dejado el alma, pero que no tenían experiencia en Intensivos y llegaban a donde llegaban. Sin respiradores apropiados porque usábamos mesas de anestesia que para anestesiar a un paciente un rato valen, pero para mantener a un enfermo con neumonía grave tienen sus limitaciones. Llegamos a tener 57 enfermos y todavía nos quedaban como 7-8 camas en Endoscopias y la posibilidad de saltar al Vega que tenemos más camas de UCI y REA y algún quirófano preparado.

-¿Necesitaríamos más respiradores si hubiera un segundo repunte?

Sí, necesitamos más respiradores, sobre todo que permitan ventilar al enfermo con patología respiratoria grave. Así de claro. Pero creo que la Junta y Sacyl se están moviendo en ese campo para que los hospitales dispongamos de esos respiradores.

-¿Se decidió no ingresar a personas mayores en UCI?

-La edad como único factor no se ha tenido en cuenta. Pero sí es verdad que la edad es un factor de mal pronóstico. Los enfermos mayores han fallecido en un porcentaje mucho más alto que los jóvenes. La edad no es un criterio exclusivo, pero sumado a comorbilidad hace decidir que un paciente no ingrese. La probabilidad de recuperar a ese paciente con ventilación mecánica es muy baja o casi nula. No le va a hacer ningún beneficio y es preferible reservar ese recurso para un paciente con el que hay posibilidades de recuperar. No existe la verdad absoluta. No digo que una persona al 100% vaya a morir con ventilación mecánica, pero sí casi seguro.

-¿Qué han aprendido del coronavirus después de dos meses luchando?

-Que a ningún enemigo, por pequeño que sea, hay que despreciarlo. Ahora estamos aprendiendo y se han puesto en marcha muchos ensayos porque nos pilló en un momento que tenías la sensación de no saber qué aportar al paciente. Ahora se hacen realmente ensayos más serios y se está tratando de sacar evidencias científicas que nos demuestren que lo que hemos usado es realmente eficaz.

-¿Cree que habría venido bien mostrar imágenes de UCI?

-A veces lo hemos hablado entre compañeros cuando se reiniciaron actividades o se suspendió el confinamiento y veíamos a tanta gente en la calle, sin mascarillas... Pensábamos que tendrían que haber venido aquí un día para que vieran lo serio que es esto.

-¿Que habrían visto?

-Habrían visto a personas que hace un mes eran totalmente sanas, sin ninguna patología, y se estaban muriendo, intubados, boca abajo y con muchas probabilidades de morir. Y que no eran mayores, sino gente de 40 y pico años. Nuestra tasa de letalidad ha sido cercana al 36%. Uno de cada tres pacientes que ingresó en UCI murió.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios