Traumatología inicia su 'temporada alta' con accidentes y jóvenes que llenan la planta de ingresos

Un tuit del servicio de Traumatología del Hospital 12 de octubre resumía esta semana el sentir general de todos los traumatólogos del país: «Desgraciadamente, temporada alta para Traumatología».

El mes de julio suele marcar el inicio del periodo vacacional para buena parte de la sanidad española, pero hay determinados departamentos que lo tienen especialmente complicado a partir de estas fechas.

El verano es la 'temporada alta' de Traumatología y los datos de ocupación hospitalaria del Complejo Asistencial de Salamanca así lo confirman: un llenazo que, en función del día, obliga a alojar a pacientes en otras plantas como Cirugía General y que justifica la decisión tomada por el equipo directivo de no bloquear camas durante este verano -solo un ala de Los Montalvos-, salvo que la situación lo vaya permitiendo.

«El verano es el peor momento del año porque las personas mayores se van a seguir 'rompiendo' igual que en cualquier otra época de año, pero ahora se suman un montón de casos que en otros meses no se producen», explica el jefe de Traumatología, Juan Blanco.

Las vacaciones y el buen tiempo invitan a realizar más actividades al aire libre, como deportes, paseos, y juegos, lo que incrementa las probabilidades de sufrir accidentes y lesiones.

«En vez de estar sentados en un pupitre, ahora hay miles de niños y de jóvenes jugando en los parques, en campamentos, haciendo deporte, aumentando su actividad física… Eso son muchos más accidentes traumatológicos», explica.

Existe otro factor que contribuye al llenazo en las plantas de Traumatología y que, además, preocupa especialmente a los especialistas, que son los accidentes de tráfico, pero más en concreto, los de moto. «En comparación con las cifras de hace dos veranos sí que estamos aumentando, pero todavía no se llega a lo vivido el pasado verano», apunta Blanco. El traumatólogo jefe hace alusión a un triste récord que se batió en 2024, cuando solo en agosto contabilizaron hasta diez siniestros de moto y casi todos ellos con el denominador común de la gravedad de los casos: «Una cosa es una caída de una moto, que puede producir contusiones, y otra cosa es el estado de gravedad en el que llegan los pacientes», informaban hace un año desde el Hospital. «Hablamos de pacientes en los que ha habido que amputar miembros, arterias seccionadas que han requerido un bypass por parte de los vasculares y personas al borde de la muerte», matizaban.

Las caídas y accidentes traumatológicos han llenado la planta de hospitalización, pero es que los sucesos automovilísticos, que son más graves, afectan también a otros servicios como los de cuidados intensivos hasta el punto de que en 2024, la UCI apuntaba que «los politraumatismos severos que requerían ingreso han crecido más de un 40% respecto al año anterior».

A raíz de la oleada de casos que fueron llegaron el pasado verano al Hospital de Salamanca se trató de identificar algún tipo de patrón que explicara a qué se debían esas cifras, pero no se encontró una explicación contundente. «No se trata de adolescentes que acaban de coger una moto, sino que hablamos de personas de edad media, de entre 30 y 40 años. Es gente laboralmente activa y que a raíz del accidente sufren secuelas que modifican su estilo de vida, generan costosas bajas de larga duración o incluso incapacidades», añadían.

Con el mes de julio recién comenzado, los especialistas asumen que lo peor está por llegar e insisten en pedir precaución a los conductores.

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