Secciones
Destacamos
El salmantino Juan Rodríguez soñaba desde hace años con regentar su propio local de entrenamiento personal en la capital charra, pero ciertas limitaciones y miedos frustraban su emprendimiento. Gracias al Proyecto Impulsa Autoempleo de Cruz Roja, con más de una década de trayectoria en Salamanca, pudo abrir las puertas de su negocio en enero de 2020 y sobrevivir a la pandemia. Actualmente, ha conseguido fidelizar clientes y amortizar la inversión inicial.
«Siempre me he dedicado al tema del fitness, pero por cuenta ajena. Decidí que era el momento de emprender, pero después de tocar muchas puertas no avanzaba. Me negaban la financiación porque no tenía muchos avales y mis padres tienen discapacidad. En ese momento, gracias a una amiga que conocía el proyecto de Cruz Roja, decidí acudir a sus puertas», explica el emprendedor.
Aunque su experiencia no ha sido un camino de rosas, a día de hoy Rodríguez posee un negocio consolidado, un medio de vida con el que se siente realizado y alguna perspectiva de futuro relacionada con su negocio. «Cuando abres un negocio siempre tienes dudas y muchos miedos. Te encuentras con muchas situaciones que no habías vivido, pero el que no arriesga no gana. Decidí apostar todo en base a mi experiencia y trabajo», afirma.
Rodríguez abrió las puertas de su negocio en enero de 2020 y, unos meses después, se encontró con una pandemia que obligó a cerrar las puertas de su nuevo local. El emprendedor solo tiene palabras de agradecimiento para Cruz Roja y, en especial, para el responsable del proyecto: «Teo fue para mí un salvador. Cruz Roja estuvo ahí apoyándome desde un primer momento y esa ayuda es muy importante para quitarte los miedos y no sentir que estas solo. Esa ayuda para conseguir microcréditos y poder financiar tu idea te da más seguridad, lo ves todo con más calma», explica.
Rodríguez anima a los jóvenes a perseguir su idea de emprendimiento en un camino que requiere de mucha constancia y trabajo. «El mundo del emprendimiento es duro, pero también es mucho crecimiento personal. El primer año va a ser el peor, los beneficios económicos son pocos, ya que hay que empezar a trabajar para los gastos, pero a largo plazo se nota en el nivel de facturación y en el nivel de clientes. Ya te sientes más cómodo en el negocio y los miedos se diluyen», afirma.
«Apoyamos a personas emprendedoras que en muchas ocasiones se encuentran en situaciones de vulnerabilidad por diferentes factores. Se tutoriza un plan de viabilidad para ver que opciones tienen, damos formación y, una vez que está la empresa creada, realizamos un seguimiento», explica a este medio Teodoro García, técnico de autoempleo y formador en Cruz Roja España.
Asimismo, los usuarios de este proyecto enmarcado dentro del área de Empleo, reciben formación básica para emprender, asesoramiento del departamento jurídico para realizar las gestiones pertinentes durante el proceso y opciones que facilitan la financiación del proyecto para aquellas personas que por determinadas circunstancias no tienen acceso a las vías tradicionales.
Durante este último año, once personas han conseguido abrir sus negocios con el apoyo y formación de este programa de Cruz Roja. Junto a ello, desde el área de Autoempleo han atendido a más de un centenar de personas.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.