La solidaridad llega a la cabalgata de Salamanca: «Pienso en esos niños que no tendrán un juguete»

La ilusión en los ojos de los niños cautivó todas las miradas. La víspera de Reyes cada año se convierte en la noche más mágica para la infancia, una tarde en la que lo imposible se vuelve posible y el centro de Salamanca se llena de magia, color y música con la tradicional y esperada cabalgata de Reyes.

Las listas de deseos de los niños salmantinos eran interminables, desde juguetes, ropa, libros y muñecos hasta aparatos tecnológicos. Pero también hubo peticiones más arriesgadas. Jorge Gutiérrez, un joven de ocho años, aseguró entre risas que había pedido a los Reyes «una novia para papá». Los Magos de Oriente tuvieron por delante una noche muy larga en la que colmaron de felicidad cada rincón de la capital charra.

Pero en una tarde como la de este domingo, los mayores también vuelven a ser pequeños por unas horas. Y creen en la magia y en lo imposible. Sus peticiones, sin embargo, son más complejas y no se pueden adquirir en una tienda. «Pedimos a los Reyes salud para este año y paz en los conflictos. En un día como hoy me acuerdo de aquellos niños que mañana no tendrán un juguete nuevo, como los niños palestinos», estas fueron las palabras del salmantino Ángel Cordero, que esperaba a Sus Majestades junto a su esposa, María Luisa Sánchez. Ella, ilusionada, relató a este medio que su nieto participaba en una de las carrozas de la comitiva: «Es muy pequeño, tiene siete añitos, y está subido en la carroza de la tortuga. Estaba deseando que llegase el día y preparando su disfraz con una ilusión enorme», explicó.

Valeria González no recuerda una cabalgata de Reyes sin sus abuelos al lado, a los que se refirió como «mis ángeles». Tras cuatro años viviendo fuera de la ciudad, en los que no ha podido estar en Salamanca durante la víspera de Reyes, volvió a disfrutar ayer de ese momento tan especial y único para ella junto a sus padres. «Es el momento más bonito que recuerdo de cuando era pequeña. La tarde de Reyes era especial, veníamos a ver la cabalgata siempre con frío, porque Salamanca es así, pero me sentía la niña más feliz del mundo al lado de mis abuelos. Desde que se fueron, no había vuelvo a vivirla y me propuse que de este año no pasaba», aseguró.

La realidad es que pequeños de todas las edades no faltaron a su cita a la salida de la comitiva en La Alamedilla. Saltaban de ilusión y cantaban villancicos junto a sus familias ataviados con abrigos, bufandas y paraguas cerrados, contra todo pronóstico. La salida de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente no se hizo esperar. Puntuales cruzaron plaza España para comenzar su itinerario desde sus vistosas carrozas. Los caramelos llovieron en todas las calles de la ciudad, algunos 'pícaros' usaron sus paraguas al revés para conseguir mayor cantidad, para disgusto del personal de seguridad que tuvo que estar muy atento. «Hay que acostarse pronto que esta noche vienen los Reyes» fue una de las frases más repetidas por los padres durante la cabalgata. Las familias salmantinas acompañaron a Sus Majestades durante todo el recorrido y regresaron a sus hogares para vivir la magia de la noche de Reyes, no sin antes pedirles salud para volver a recorrer las calles salmantinas a su lado al año que viene.

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