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Lunes, 9 de diciembre 2024, 09:52
Ilusión y esperanza, esas son las palabras con las que describe la siria afincada en Salamanca, Yolanda Ghaloul González, las emociones que la embargaron al enterarse de la caída de la dictadura en su país tras 13 años de una larga y sanguinaria guerra que la llevó a perder a gran parte de sus familiares y allegados. «Siento una alegría muy grande. Es como si fuera un nuevo día de la independencia para Siria. Después de tantos años esperando por fin el país está fuera del control de ese tirano. Ahora lo que tenemos los sirios es la esperanza de que aparezcan nuestros seres queridos desaparecidos. La dictadura ha encarcelado a cientos de miles de personas. Sus familiares ya los daban por muertos, pero ahora con la liberación de los presos políticos están apareciendo. El marido de una prima salió vivo tras 10 años prisionero. De parte de la familia de mi papá hay muchos desaparecidos. Siempre hemos tenido la esperanza de que estuvieran vivos y ahora esperamos poder volverlos a ver», relata la mujer de 42 años, hija de unaespañola y un sirio y que emigró tras el primer año de la guerra en su país natal.
Una emoción que la joven comparte con todos sus familiares tanto en el extranjero como en el interior del país. «Mi familia está dispersa por todo el mundo. Tenemos personas en Estados Unidos, Emiratos Árabes, Europa y otros lugares. Cuándo recibimos la noticia hicimos una videollamada y todos estábamos llorando de la emoción. Para mí ha sido una sensación agridulce porque me siento muy feliz y esperanzada por la liberación de los presos políticos, pero también me da un poco de tristeza al pensar en mi papá y otros miembros de la familia que lucharon toda su vida por este momento y que murieron sin poder ver su sueño hecho realidad», cuenta la mujer.
Sobre el futuro de Siria, Yolanda Ghaloul señala que todavía hay mucha incertidumbre por lo que vendrá, pero que los sirios ya han alzado la voz por lo que anhela. «El pueblo lo tiene claro: no quieren otra dictadura. Lo que Siria quiere es una democracia en la que se pueda vivir en libertad», cuenta Yolanda.
Entre las múltiples historias de represión que los Ghaloul González conocieron de primera mano, una de las más impactantes fue la vivida por la familia de la mujer de Fadi, Hazar. Los integrantes de este grupo participaron de manera activa en protestas contra la dictadura de Al-Ásad, en respuesta los efectivos del régimen quemaron la casa con todos sus integrantes dentro, incluido un menor, ocasionándoles la muerte a todos. En este cruel asesinato, Hazar perdió a su madre, dos hermanas y un pequeño sobrino, que apenas había cumplido los seis años.
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