Una sirena en el río Tormes

A pesar de no tener mar, la ciudad de Salamanca no ha impedido que Sandra Hernández, ganadora del segundo puesto en el primer certamen de sirenas y tritones celebrado en Benidorm, logre su objetivo de competir en un deporte tan nuevo y desconocido todavía.

Sandra, conocida artísticamente como 'Irial.mermaid', lleva practicando esta disciplina desde el año 2016. Gracias a una certificación de SSI (Scuba Schools International), logró acreditarse oficialmente en este ámbito. «Decidí formarme de manera más profesional para poder llevar mi afición más lejos», comenta Sandra. Cada año, los encuentros de aficionados a este deporte llevan años aumentando, por lo que este año, los organizadores han decidido dar un paso más y organizar un certamen nacional con jueces internacionales de Suiza y China.

Entrenar en una ciudad como Salamanca, sin costa, es todo un desafío, por ello Sandra recurre a piscinas climatizadas, especialmente durante el invierno. «Aquí, en Garrido, nunca me han puesto impedimentos, pero en muchos otros lugares sí hay restricciones», explica. Es necesario tener un lugar adecuado y todo el equipo básico para poder entrenar bien.

Su rutina de entrenamiento incluye sesiones semanales de natación y práctica de la apnea en el hogar. Esto implica aguantar la respiración bajo el agua, que es una parte esencial de su entrenamiento. «En casa, practico ejercicios de respiración para mejorar mi capacidad pulmonar», añade Sandra.

El deporte que Sandra practica se llama apnea artística. A diferencia de la apnea estática o activa, que se centra en aguantar la respiración durante el mayor tiempo posible, la apnea artística añade un componente visual, buscando realizar movimientos bonitos y llamativos para el público. «La dificultad está en hacer que todo parezca natural y fluido, a pesar del esfuerzo que requiere», dice Sandra.

El equipamiento necesario incluye una monoaleta profesional que proporcione la fuerza suficiente y una cola de sirena hecha de materiales como licra, neopreno o silicona. «Es clave entrenar con todo el equipo para familiarizarse con él y evitar riesgos durante las inmersiones», explica.

El agua presenta una serie de riesgos a los que hay que prestar especial atención. Tener los pies atados y aguantar la respiración supone un nivel de riesgo más alto. «Siempre entreno bajo supervisión para garantizar mi seguridad», comenta Sandra.

Practicar este deporte de manera profesional en Salamanca también tiene sus complicaciones económicas. Las aletas y colas de sirena son caras, y las formaciones necesarias tienen un costo elevado. «Además, los gastos en viajes y entrenamientos en condiciones adecuadas se suman al presupuesto», señala Sandra. En Salamanca, encontrar lugares que permitan entrenar con todo el equipamiento es difícil, lo que añade otro problema.

El certamen de este año contó con más de 50 participantes en el encuentro general, pero solo seis compitieron en el concurso. La participación supone un gasto económico que no todo el mundo se puede permitir, por lo que se espera que en las próximas ediciones se apunte más gente. «Este año, hemos sido pocos porque era la novedad, pero esperamos que el próximo haya más participantes», comenta.

Sandra también colabora con algunos fotógrafos de la ciudad, que logran capturar imágenes de esta en sitios icónicos de Salamanca, como el río Tormes. Estas sesiones han ayudado a dar visibilidad a este deporte en la localidad charra. «Son colaboraciones que no solo impactan a la gente de Salamanca, sino que también promueven el nado con aletas en la región», añade.

En cuanto a proyectos futuros, Sandra tiene planeado grabar contenido con Luis David Amor, un tritón salmantino. La finalidad del encuentro es promover este deporte y mostrar todo lo que tiene para ofrecer mdiante las redes sociales. «Luis y yo queremos mostrar lo especial que es este deporte, incluso en lugares sin mar», dice Sandra.

Sandra invita a todos a probar este deporte. «Es una actividad completa que entrena todo el cuerpo y ofrece una experiencia mágica y única. Una vez que lo pruebas, te das cuenta de lo especial que es», concluye.

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