San Esteban, del tapiz renacentista de su iglesia al convento con mucho que ver

Gran parte de los espacios del convento pueden ser visitados por salmantinos y turistas, como el Claustro de Procesiones o de los Reyes, el Capítulo Antiguo o Panteón de Teólogos (con lo que queda de la sala capitular antigua), el Capítulo Nuevo, la sacristía, la iglesia, el coro alto y la escalera de Soto.

La construcción de convento de San Esteban se prolongó entre 1524 y 1610, contando con la intervención de grandes maestros. La planta y diseño son de Juan de Álava. Rodrigo Gil de Hontañón se ocupó del crucero con el cimborrio y de la cabecera. El retablo mayor es obra de José Benito de Churriguera.

Cristóbal Colón se alojó en el convento de San Esteban. Vivió varios meses en Salamanca y también tuvo en esta provincia protectores decisivos para emprender el viaje que supuso el descubrimiento de América el 12 de octubre de 1492. El genovés llegó a la ciudad del Tormes en 1486 en búsqueda de apoyos para su expedición, cuando ya había recurrido a los Reyes Católicos, tras el rechazo cosechado en Portugal.

Además del inmenso espacio patrimonial que suman el convento y la iglesia de San Esteban, los Dominicos cuentan con interesantes obras de arte en su interior, como la Virgen con el Niño, de Rubens; óleos de la escuela flamenca como “Camino del Calvario” y el gran fresco de Palomino que se encuentra en el coro y lleva por título “La Iglesia Triunfante y Militante”.

La presencia de Cristóbal Colón en el convento en 1486; la Biblia de San Vicente Ferrer, regalada por el Papa Luna; documentos del siglo XII, cobres italianos pintados al óleo, marfiles policromados del siglo XVII y dos Cantorales de 1525 son otros de los atractivos que ofrece a los visitantes el convento declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

El conjunto San Esteban monumental se visita de lunes a domingo, de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 horas.

El acceso cuesta 4 euros. Hay una entrada reducida de 3 euros para mayores de 65 años, estudiantes y grupos.