La Salamanca neoyorkina con un pasado indígena que la hace única

Recientemente en la sección de 'Salamanca en el Espejo' se ha puesto el foco en una de esas ciudades que comparten nombre con la capital del Tormes, concretamente, en Guanajuato, México, posiblemente la más famosa fuera de España.

Aunque esta Salamanca del 'petróleo y del marisco' no es la única del mundo, al menos otras seis ciudades o municipios se han bautizado con este nombre, entre ellas, una en Estados Unidos, que es única en su país por su situación especial: sus territorios están arrendados por un pueblo aborigen, la Nación Séneca.

La historia de este municipio es muy curiosa. Situada en el condado de Cattaraugus, en el estado de Nueva York, su origen se remonta al siglo XIX, cuando el avance de los ferrocarriles transformó radicalmente el paisaje del noreste estadounidense. En esa época, varias compañías ferroviarias obtuvieron concesiones y derechos de paso a través de la Reserva Allegany, hogar ancestral de los Séneca. Lo hicieron sin la debida autorización federal y, lo que es más grave, en términos que no respetaban los intereses ni la soberanía de esta nación originaria.

Poco después, terrenos aledaños fueron arrendados —también de manera irregular— a trabajadores del ferrocarril, granjeros y residentes no indígenas. Estos contratos fueron declarados inválidos por los tribunales, pero el Congreso intervino con la Ley de 1875, que legalizó los arrendamientos existentes y autorizó a la Nación Séneca a continuar alquilando sus tierras. En 1890, una nueva legislación extendió los términos de renovación de estos contratos hasta por 99 años.

Desde entonces, la ciudad de Salamanca se desarrolló completamente sobre estas tierras arrendadas lo que ha generado una situación jurídica sin parangón en el país. Familias no indígenas han vivido durante generaciones en terrenos que, legalmente, pertenecen a la Nación Séneca.

Este singular arreglo territorial derivó en décadas de tensiones. A mediados del siglo XX, los Séneca presentaron una demanda ante la Indian Claims Commission, alegando que las tarifas de arrendamiento eran injustas. En 1977 se resolvió con un acuerdo económico de 600.000 dólares, una suma muy inferior al valor real de la tierra ocupada entre 1870 y 1946, según análisis posteriores.

En 1991 expiraban los arrendamientos de 99 años. La incertidumbre estalló tanto en la comunidad Séneca como entre los residentes de Salamanca. Para evitar una crisis social y legal, el Congreso aprobó en 1990 la Seneca Nation Settlement Act, una ley que no solo reconocía la deuda moral e histórica del gobierno federal, sino que sentaba las bases para nuevos contratos y compensaciones justas a la Nación Séneca.

Este acuerdo impulsó una nueva etapa de cooperación entre la ciudad y la nación indígena, aunque no exenta de desafíos. Actualmente, la Nación Séneca recibe ingresos por arrendamientos y conserva el derecho de propiedad sobre las tierras. Las familias no indígenas que viven allí deben firmar nuevos contratos con condiciones actualizadas, y quienes no lo hicieron, han sido desalojados.

La ciudad de Salamanca, ubicada en el condado de Cattaraugus, en el suroeste del estado de Nueva York, se distingue por estar situada dentro de la Reserva Indígena Allegany, perteneciente a la Nación Séneca, lo que le confiere una identidad cultural única.

Según datos oficiales del Censo de los Estados Unidos, la ciudad de Salamanca tenía una población estimada de 5.783 habitantes a 1 de julio de 2023.

La ciudad es reconocida por su diversidad étnica, incluyendo una significativa población indígena. En términos económicos, Salamanca ha experimentado una transición desde una economía basada en el ferrocarril y la industria maderera hacia sectores como el turismo y los servicios. La presencia de la Nación Séneca ha influido en el desarrollo de negocios relacionados con el turismo cultural y el comercio local.

La incorporación oficial de Salamanca como ciudad se llevó a cabo en 1913. Este proceso comenzó con una reunión el 17 de febrero de 1913, donde se formó un comité para redactar la carta constitutiva de la ciudad. Menos de un mes después, se establecieron las principales características del gobierno municipal, y el 14 de mayo de 1913, Salamanca fue oficialmente establecida como la 51ª ciudad del estado de Nueva York.

El nombre de Salamanca se le dio a la ciudad en 1862, en honor a José de Salamanca y Mayol, un marqués y financiero español que fue un importante accionista del Atlantic and Great Western Railroad, una de las primeras compañías ferroviarias que llegaron a la zona desde Cincinnati. El marqués también da nombre al conocido barrio madrileño y está considerado el financiero más importante del reinado de Isabel II.

Originalmente, el área se llamaba Bucktooth, pero el 17 de abril de 1862, tras la llegada del ferrocarril y la visita de José Salamanca, el nombre fue cambiado como gesto de reconocimiento hacia él. Más adelante, la expansión del ferrocarril llevó a la adquisición de tierras a lo largo del río Allegheny, que pertenecían a los Seneca. Parte de esta zona pantanosa fue drenada para instalar talleres ferroviarios, y se conoció como East Salamanca, mientras que Bucktooth pasó a llamarse West Salamanca. Finalmente, en 1873, ambas se unificaron bajo el nombre de Salamanca.

El cambio de nombre y el crecimiento de la ciudad estuvieron íntimamente ligados a la expansión ferroviaria y a las decisiones económicas de las empresas en las que José de Salamanca tenía intereses.

En 1972 un gran desastre asoló a Salamanca, una inundación que ha quedado documentada en una amplia galería recogida por Salamanca Press.

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