La 'Salamanca' joven, moderna e ilustrada pero 'congelada'
A más de 3.000 kilómetros de distancia, la tradición universitaria une a estas dos ciudades europeas con muchas diferencias y similitudes
En dos extremos de Europa, separadas por más de 3.000 kilómetros, dos ciudades vibran con el mismo espíritu: Salamanca, al oeste de España, y Uppsala, al norte de Estocolmo, albergan dos universidades históricas.
Pese a sus diferencias evidentes en geografía, clima o idioma, ambas ciudades comparten un carácter profundamente académico, moldeado por siglos de enseñanza, debates y vida estudiantil. Salamanca, con sus calles doradas adornadas con estilo plateresco ha sido durante siglos sinónimo de sabiduría. Uppsala, más austera y escandinava, respira una energía intelectual viva y moderna, cuya historia se remonta al siglo XV.
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La población de estas ciudades refleja caminos demográficos distintos. Salamanca, con cerca de 144.000 habitantes, ha sufrido en las últimas décadas un proceso de envejecimiento progresivo. Uppsala, por su parte, rebosa juventud y dinamismo. Su población ha crecido hasta superar los 245.000 habitantes, impulsada por una alta tasa de inmigración.

El paisaje urbano también delata sus raíces. Salamanca luce un gran número de monumentos en su casco histórico que le han permitido ser declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, como las Catedrales, la Plaza Mayor o La Clerecía. Uppsala, aunque menos reconocida por organismos internacionales, también mantiene monumentos dignos de ser admirados: su catedral gótica, el castillo renacentista o el antiguo asentamiento de Gamla Uppsala trazan un mapa de poder religioso, académico y cultural que data de la era vikinga hasta el protestantismo ilustrado.
Pero si hay algo que une de forma inequívoca a ambas ciudades es su universidad. Salamanca fundó la suya en 1218, siendo una de las más antiguas del continente y la primera del mundo hispano, que acogió importantes eventos históricos a nivel mundial, como las bases para la defensa de los derechos humanos en el siglo XVI sentadas por figuras como Francisco de Vitoria y Domingo de Soto. Por sus puertas han pasado estudiantes que han marcado la historia de España, Europa y el mundo. Uppsala, por su parte, creó su universidad en 1477 y pronto se convirtió en el faro intelectual de Suecia. Allí enseñaron científicos como Carl Linnaeus, padre de la taxonomía moderna, y aún hoy es considerada una de las instituciones más prestigiosas del norte de Europa.
Las universidades han marcado la vida de estas ciudades. Alrededor de 30.000 estudiantes escogen Salamanca cada año y llenan de vida sus calles, bibliotecas, cafeterías y discotecas. Uppsala vive al ritmo de las «nations», unas antiguas asociaciones estudiantiles que organizan desde bailes hasta debates políticos, manteniendo viva una tradición tan antigua como inclusiva.
Salamanca y Uppsala, la sabia y la ilustrada, son un ejemplo de dos ciudades moldeadas por sus históricas universidades a lo largo del tiempo y que mantienen un mismo latido a pesar de sus grandes diferencias.
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