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El director de cine, Rodrigo Cortés.
ENTREVISTA

Rodrigo Cortés: «La patria de uno es la lengua. Es la única que te permite tener control de cada sílaba»

El cineasta preestrenará 'Escape' en los cines Van Dyck la tarde de este lunes a las 19:30 horas

Clara Delgado

Salamanca

Lunes, 28 de octubre 2024, 08:50

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Los salmantinos tendrán el privilegio de ver antes que nadie la última película del director local Rodrigo Cortés. Los cines Van Dyck acogerán esta tarde el preestreno de 'Escape', la cinta que ha sido producida por el oscarizado Martin Scorsese y que cuenta con Mario Casas y Anna Castillo como principales protagonistas. El acto, que comenzará a las 19:30 horas, contará con la proyección de la película y un posterior coloquio.

¿Qué se va a encontrar el público que vea 'Escape'?

—Nos vamos a encontrar muchas cosas y ninguna esperada. Lo ideal para cualquier espectador que vea 'Escape' es deshacerse de sus expectativas porque cualquier cosa que imagine que va a ser 'Escape', es seguramente equivocada. Tenga la idea que tenga en la cabeza, la película va a ser otra cosa. En este caso, se cuenta la historia de un hombre roto, o expropiado, como se expropia el mecanismo de un reloj, que decide bajarse de la vida y dejar de tomar decisiones. Así que decide que la cárcel es el lugar perfecto en el que estar y hará lo que sea necesario para lograrlo.

Esta persona está buscando que la justicia le encarcele, pero sin embargo también esta misma justicia se muestra a veces un poco incapaz de dar sentido a las leyes. ¿Cómo se ve esta paradoja?

—Todo en la vida es paradójico. Esta película es una inversión de códigos y el que mencionas es uno de ellos porque la cárcel funciona muy bien en primera instancia como amenaza y en última instancia como castigo pero resulta inoperante cuando la persona en cuestión la vive como un premio. ¿Cómo cuartas los actos de alguien que lo que quiere es ir a la cárcel, con qué lo castigas? Con la libertad en definitiva, solo puedes castigarlo con la libertad.

En esta película se puede ver una mezcla entre comedia, 'thriller' y drama. ¿Tienen algo en común todos estos géneros?

—Tienen en común que tratan los conflictos humanos. Con este material se podría hacer un 'thriller' puro, una comedia pura o un drama puro. Pero opta por algo que incluso va más allá de la tragicomedia. Ni siquiera es exactamente una meta de género, sino que todo opera a la vez. Puedes estar riéndote sin parar, mientras te mueres de tristeza y compasión por el interior dañado del personaje sin poder evitar, sin embargo, la risa o al revés, puede sentirte muy preocupado por alguien mientras no dejas de percibir su diversión cómica.

Desde el año 2007 que no dirigía un largometraje en español, ¿tenía ganas de volver a su tierra a dirigir un trabajo?

—La verdad es que sí. Ni siquiera tanto por la tierra sino porque la patria de uno es en el fondo la lengua. Películas como 'Burried', 'Luces Rojas' o 'Blackwood' se rodaron o bien íntegramente o bien mayoritariamente en España. Pero es verdad que tu propia lengua es la única que te permite tener ese control de casa sílaba, de cada intención o de la inflexión de cada matiz musical, de una frase determinada o una línea de diálogo.

En este trabajo cuenta con actores como con Mario Casas, Anna Castillo o José Sacristán. ¿La disciplina de los actores es similar aquí que en Estados Unidos?

—Es igual. Si tú quieres tener alguna oportunidad de manejar emociones complejas, ambivalentes y contradictorias, necesitas a los mejores alrededor. Y si son los mejores, si son actores capaces de invocar emociones en lugar de fingirlas, el manejo del set es muy parecido, ya que al fin y al cabo un set puede manejarse de mil maneras distintas y es al director al que le corresponde decidir cuál considera más útil.

¿Desde el principio tenía claro con qué actores contar?

—Cuando escribo en general no pienso en actores concretos porque me centro en las características físicas, psicológicas de cada uno de los personajes pero cuando he acabado de escribir y comienza la preproducción, hago esa lista de los 'reyes', esperando que efectivamente te llegue después el coche eléctrico que has pedido y no calcetines. Afortunadamente en este caso todo eran coches eléctricos y teledirigidos y no hubo ningún calcetín.

Este trabajo es la adaptación de la novela de Enrique Rubio ¿Es más fácil trabajar basándose ya en otro trabajo?

—No es ni más fácil ni más difícil. Es ligeramente distinto, pero lo fundamental es partir de material interesante y de material de calidad. A la vez hay novelas cuya adaptación literal no es lo más recomendable, simplemente porque están diseñadas por un universo concreto y a lo mejor en un lenguaje distinto. No se vierten con el mismo poder o no se les hace justicia. Aunque parezca paradójico, de alguna manera el deber de cualquier adaptación de una buena novela es en general traicionarla, porque tiene que encontrar el modo de que sus fortalezas funcionen en un lenguaje distinto.

¿Considera que su literatura o su cine buscan inquietar al espectador?

—No es el objetivo total, sino que resulta más bien banal. No tratas de inquietarlo o hacerle sentir mal, tratas de resultarle interesante, intentas que la película no acabe cuando acaba, tratas de darle al público el material que pueda interpretarse de diferentes modos para que los espectadores que vayan juntos a ver la película tengan cosas diferentes que decir al final. Intentas que la película al día siguiente siga girando su cabeza.

El lunes viene a Salamanca para el preestreno de la película. ¿Qué significa para usted?

—Eso sí que es un regreso a casa, como sucede al rodar con la propia lengua. Siempre intento, en mitad de la promoción, encontrar un hueco para recordar dónde empezó todo. Entre otras cosas, porque un porcentaje grande de mi educación cinematográfica y sentimental sucedió precisamente en esas butacas de esos cines.

Ha trabajado con Martín Scorsese que es uno de los grandes nombres en el mundo del cine. ¿En algún momento pensó en lograr esto cuando empezó su carrera en Salamanca?

—No, ni en mis momentos de mayoría de sensatez imaginé tal cosa. Recuerdo de forma muy vívida cuando vi la primera película suya, 'El color del dinero' en los cines Van Dyck, mirando hacia arriba en la sucesión de carteles para decidir cuál iba a ver esa tarde. Finalmente opté por esa película con Paul Newman y el muchacho que acababa de hacer 'Legend'. Pero jamás imaginé que esos nombres y el mío pudieran estar conectados de ningún modo.

¿Cómo es trabajar con él?

—Es una persona de una dulzura, de un respeto, de una prudencia infinitas. He trabajado con muchos ejecutivos de Hollywood y jamás me he encontrado con alguien más educado y con más deseos de respetar tu voz. Solo siento agradecimiento a la vida por todo lo que ha sucedido, por todo lo que está sucediendo.

Además de al cine, se dedica a la literatura. ¿Qué es más flexible?

—Es más barata la literatura. La flexibilidad del lenguajees infinita y puedes invocar mundos en párrafos sin ocuparte de su coste y aprovechando la habilidad del lenguaje. En el cine, todo acto tiene una consecuencia inmediata. Para empezar, en forma de presupuesto.Pero el deber del cineasta, como el del escritor, es explotar al máximo su lenguaje, aunque sus lenguajes sean muy diferentes. Expandirlos y comprimirlos a ver cuánto aguantan sin romperse.

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