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El hematólogo salmantino José Ramón González Porras -especialista en hemostasia y trombosis- fue coordinador regional de Hematología durante la fase de vacunación y recuerda que «en Salamanca hubo varios casos de sospecha pero, a diferencia de lo que sí sucedió en otras partes de España, ninguna se llegó a confirmar».
«Se creó un sistema de farmacovigilancia tremendo y un protocolo de alerta que funcionaba muy rápido», recuerda González Porras. Como se trataba de complicaciones inmunomediadas -en relación con los anticuerpos- y se asemejaban mucho a las trombosis que se ven diariamente en Hematología, fue la unidad de González Porras la encargada de atender todos los casos de sospecha de Salamanca y zonas de referencia.
«La conclusión que se extrajo con esta vacuna es que el riesgo era muy pequeño, pero sí existente. Como en la situación actual hay otras vacunas que no tienen este riesgo concreto, se opta por retirarla en Europa. Al principio había que vacunar a toda la población y el riesgo de contraer la enfermedad superaba con mucha diferencia el riesgo de tener una reacción adversa de la vacuna. Ese balance permitió a España ir retirándola hace ya varios años, pero en otros continentes la situación es diferente y se sigue utilizando porque además es de las más económicas», explica José Ramón González.
Desde el servicio de Urgencias del Hospital de Salamanca se recuerda que «sí se atendieron varios casos de trombosis que se trataron de relacionar con la vacuna. Al principio todo fue muy polémico y había cierta intención de tirar por tierra lo que suponía la vacunación, pero creo que finalmente no se demostró una relación causa-efecto directa entre la vacuna y los fenómenos trombóticos. Al revés, sí que se atendieron trombos en pacientes que tenían la enfermedad de la covid, que parecía favorecer este problema bastante más que la vacuna», apunta el responsable del servicio, Jorge García Criado.
En mayo de 2021, cuando se reactivó la vacunación de AstraZeneca para la franja de edad entre 60 y 69 años, fueron varios los salmantinos que se negaron a ser inoculados con ese producto cuando llegaron al punto de vacunación. De hecho, hasta pensaban que «era ilegal» y protagonizaron algún incidente. «Nos dicen que si no estamos conformes que nos podemos marchar a casa», lamentaban los salmantinos que preferían recibir otro tipo de vacuna.
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