La queja generalizada con Correos: «Ausente, aunque estaba en casa»
El servicio de reparto está en el centro de la polémica, cada vez son más los usuarios que aseguran que los carteros no llaman al timbre y dejan directamente el famoso papel amarillo en el buzón
Domingo, 31 de agosto 2025, 06:26
Uno de los temas que más está dando que hablar y quejas a su vez, es el del reparto de paquetes por parte de correos. Cada vez más usuarios aseguran que los carteros no llaman al timbre, ya no dos veces, ahora ninguna y dejan directamente el famoso papel amarillo en el buzón, lo que obliga al cliente a desplazarse a la oficina. Una práctica que, según denuncian, se ha convertido en habitual. Solo hay que acudir a la cuenta oficial «CorreosAtiende» y ver las numerosas denuncias de esta práctica.
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Solo hay que hablar con alguno de los usuarios que se acercan a las oficinas de Salamanca, como es la que está situada en la Gran Vía, y confirman está práctica. «Trabajo desde casa y me ha pasado tres o cuatro veces. Sales a por el correo y te encuentras el aviso de ausencia sin que nadie haya llamado , ¿Cómo que ausente, si no me muevo de aquí», se pregunta indignado Fernando, que reconoce haber cambiado sus costumbres para no enfadarse más: «Ahora ya pido todo a la oficina directamente. Así me ahorro el disgusto».
Otros usuarios coinciden en que los repartidores, carteros de toda la vida, parecen más preocupados por cumplir los tiempos que por realizar correctamente la entrega: «Creo que muchas veces, para no retrasarse, dejan el aviso y siguen su ruta. Al final, la molestia siempre se la lleva el cliente», explica otro afectado.
A estas quejas se suma otra denuncia, como son las colas que, según los usuarios, son el «pan de cada día, si vengo más tarde me puedo tirar aquí una eternidad. El servicio es muy lento, como si fueran con demasiada pausa. Hoy, por venir a primera hora, he tenido suerte, pero normalmente no me hace gracia pasarme por Correos», asegura una clienta.
No obstante, siempre hay alguna opinión discordante, que reconoce no haber tenido nunca problemas: «A mí siempre me llaman, no puedo quejarme somos los de la librería de en frente y solo tienen que ir y dejar el paquete, siempre estamos, no tienen ni que llamar». Incluso otros defienden Correos frente a la competencia.
Mientras unos clientes valoran su fiabilidad, otros denuncian prácticas que no son del todo serios y que convierten cada entrega en una carrera de obstáculos.
Lo que para unos es un servicio «razonablemente bueno». Hoy son los menos. Para otros se ha transformado en un quebradero de cabeza con todos los inconvenientes que conlleva el tener que ir a recoger el paquete a la oficina, en vez de recibir el servicio completo a la puerta de casa.
Todos estos casos generan una pregunta al usuario en general de los servicios de Correos: «¿Se trata de una práctica puntual, por el verano, las vacaciones o de se ha convertido en algo generalizado para maquillar tiempos de reparto o para protestar por una plantilla cada vez más disminuida? Lo cierto es que cada vez son más los usuarios que sospechan que la segunda opción pesa más.
A todos estos testimonios a pie de calle hay que sumar los numerosos comentarios que se cuelgan en la cuenta oficial de twitter , @Correosatiende, cuenta oficial de atención al cliente de Correos donde acumula diariamente decenas de críticas que repiten el mismo patrón: entregas fallidas sin haber tocado el timbre, retrasos injustificados y una atención que muchos consideran insuficiente o lenta cuando menos en las oficinas.
Todos estos datos unidos marcan el nivel de insatisfacción de los usuarios y confirman que las quejas ya no son casos aislados, sino una corriente creciente de descontento entre los ciudadanos con un servicio público.