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Un 18 de febrero de 2004 Proyecto Hombre bajo el soporte de la Fundación Alcándara ponía la primera piedra de la lucha contra las adicciones en Salamanca. Lo hacía a través del sacerdote Manuel Muiños, que dos décadas después, se ha convertido en el presidente nacional de la organización. Su inquietud por el mundo de las adicciones le llegó tras vivir en Redondela como las drogas afectaban a muchos de sus amigos e incluso a algún familiar cercano. Arrancaba una realidad. «Fue una ilusión y un sueño hechos realidad que no estuvo carentes de dificultades», recuerda ahora sobre un camino que ha acompañado a más de 3.000 personas en su progreso de la lucha contra las adicciones, pero también a los 6.000 familiares, amigos y parejas que han formado parte de ese camino. «Yo quiero agradecer a todos los que creyeron y apostaron en aquellos inicios. Sin ellos, hoy no estaríamos aquí», reconoce.
La organización cuenta actualmente con tres centros: el de la Carretera de Alba, las Huertas de la Santísima Trinidad y el de Ramón y Cajal. «Todos son cedidos por los Hijos de María Inmaculada, las Hijas de Jesús y los Capuchinos. No podemos estar más agradecidos», reconoce, aunque sigue soñando con un espacio propio para adaptar los recursos a la realidad actual de la acogida. En la comunidad terapéutica se atienden a cerca de 40 personas, 16 en los centros de día del Paseo Fluvial 17 en el ámbito de reinserción y acogida. Además desarrollan diferentes programas de tratamiento ambulatorio, atención a las familias, en prisión en el Centro Penitenciario de Topas o la ayuda a domicilio rural del programa 'Trashoguero'
Uno de los programas en que Proyecto Hombre Salamanca ha sido reconocido a nivel nacional es por ser uno de los primeros centros en que empezó a atender la patología dual (problemas de salud mental y adicciones). «Hemos observado cambios en los perfiles sobre todo en el policonsumo, un deterioro cada vez mayor y unas estancias muy largas tras llegar a Proyecto Hombre», reconoce Muiños que también reconoce el auge de las adicciones sin sustancia (nuevas tecnologías, ludopatía, comportamentales) junto a las principales drogas que motivan la entrada en la rehabilitación como son la cocaína, el alcohol y la marihuana.
La labor que realiza Proyecto Hombre, según detalla el responsable de la iniciativa, se basa en un componente «biopsicosocial» actuando sobre la persona, la mente y el entorno en el que se mueve con el objetivo de recuperar a las personas y que vuelvan a ser quienes eran antes de caer en el mundo de las adicciones. En este sentido, también destaca la importancia de la sensibilización en una sociedad que «normaliza el consumo» cada vez más y que «estigmatiza»a aquellas personas que sufren problemas con el consumo de drogas. Apesar de llevar veinte años en Salamanca, considera que hay trabajo para hacer. Por ello, cobra importancia la prevención con programas de sensibilización como 'Moneo' y Dédalo en el que se ha alcanzado a 2.300 personas. En este apartado se hace tanto una prevención selectiva como una familiar universal.
El pasado año la ciudad reconocía como Hijo Adoptivo de Salamanca a Manuel Muiños por la labor realizada al frente de Proyecto Hombre. La decisión fue unánime y contó con el apoyo de todos los grupos políticos bajo la premisa de «ejemplos que ofrecen una segunda oportunidad», tal y como reconocía el alcalde, Carlos García Carbayo.
Una segunda oportunidad como fue la que también ofreció a los refugiados ucranianos a los que acogió en las instalaciones de Proyecto Hombre y poner las bases para iniciar un nuevo camino. Como a todos los que luchan con las adicciones, Muiños les tendió la mano para volver a empezar tras huir de la guerra y tener que empezar una nueva vida.
Los voluntarios -315 en estos veinte años- son un pilar fundamental para el desarrollo de diferentes programas. Sus responsabilidades abarcan distintos ámbitos, desde área médica, área de ocio y tiempo libre, apoyo y acompañamiento en la realización de gestiones de las personas en tratamiento fuera del centro, labores de recepción y atención telefónica, etc.…
Sirven como modelo con el que poder identificarse, como ejemplo de personas comprometidas y solidarias, que ofrecen un ejemplo de escucha activa y, además, representan una normalización para las personas que están en tratamiento, mostrando otras formas de vivir sin adicciones.
Proyecto Hombre Salamanca está integrado por profesionales con un equipo multidisciplinar estable, con cualificación profesional diversa (psicólogos, educadores sociales, trabajadores sociales, médico, psiquiatra y personal administrativo), en permanente proceso de formación continua.
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