Estos han sido los protagonistas navideños de la Plaza Mayor de los últimos años

La Plaza Mayor es el epicentro de la vida salmantina durante todo el año y la Navidad no es la excepción. Durante esta mágica época la conocida plaza se convierte en el lugar en donde las luces y el espíritu navideño cobran mayor protagonismo.

Por ello, el Consistorio ha procurado tener siempre unos adornos llamativos que utiliza, según la costumbre de los últimos años, durante tres Navidades y luego renueva. Gracias a esto, la Plaza Mayor ha visto desfilar en la última década una gran variedad de adornos navideños que han sorprendido a salmantinos y turistas por igual.

En 2014, el belén iluminado que había ocupado la Plaza en fechas anteriores dio paso una bola de Navidad de 12,5 metros de altura y de 10 metros de diámetro, decorada con 6.600 metros de guirnaldas de led en las que destacaban unos diseños de estrellas y las luces de color rojo.

En 2016, aterrizaron en la Plaza dos cajas de regalos. El adorno estaba compuesto por un cubo de 8 metros de ancho y 10 de altura y, apoyado en este, un prisma rectangular con una base de 8 metros de largo y 2 de ancho y una altura de 10 metros.

Las dos cajas de regalo estaban complementadas con guirnaldas de luces led de diferentes colores. Esta decoración inauguró en la decoración moderna la tradición de adornos navideños transitables, que han sido muy repetidos durante los últimos años.

Debido a la buena acogida del conjunto de regalos, el Ayuntamiento decidió conservar la decoración un año más de lo habitual, pero con algunas modificaciones. En 2019, en lugar de dos regalos se optó por colocar solo uno, pero con nueva iluminación, ya que se cambió la instalación de luces fijas por otras variables que permitían mostrar imágenes en movimiento con música a determinadas horas y cambiar el color de la iluminación cada cierto tiempo para ofrecer una ambientación más dinámica.

En 2021 llegó el turno de campana que decoró la Plaza Mayor hasta el año pasado. El adorno tenía una altura de 13 metros. Un guiño a la Salamanca monumental, ya que, hacía referencia a «María de la O», el objeto sonoro más grande del campanario la Catedral.

Además, tal como la caja de regalo que la precedió, el adorno era transitable y disponía de una instalación de luces fijas que permitía un espectáculo de imágenes en movimiento al compás de la música de una duración de siete minutos.

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