Pizarrales se llena de devoción con la Hermandad del Silencio
El Santísimo Cristo de la Vela y Nuestra Señora del Silencio han salido de la parroquia de Jesús Obrero hacia a la Plaza Mayor
El barrio de Pizarrales, un año más, ha vuelto a ser escenario de la salida de la procesión de la Hermandad del Silencio. Bajo el sol que relucía en el cielo, el Santísimo Cristo de la Vela y Nuestra Señora del Silencio, junto con los cofrades que los acompañaban, han salido de la parroquia de Jesús Obrero para dirigirse en un recorrido de cuatro kilómetros hacia la Plaza Mayor de la ciudad charra.
El recorrido comenzó después de que el interior de la iglesia acogiera la promesa del silencio, a la que asistieron el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, la concejala de Turismo, Ana Suárez, y el presidente de la Junta de Semana Santa de Salamanca, Francisco Hernández.
Este año la procesión cuenta con una novedad en su recorrido; la comitiva no pasa por la Plaza de San Juan Bautista para desembocar en Santa Teresa, sino que pasa por la calle Peña Primera, donde se situó el tramo de silencio para personas con autismo.
Destaca también la incorporación por parte de la Hermandad de nuevas andas para el Cristo de la Vela, realizadas en aluminio, y ha dorado las de Nuestra Señora del Silencio. El acompañamiento musical corre a cargo de la Agrupación Musical Virgen de la Vega, de la Banda Tomás Bretón y los tambores de la Cofradía.
La curiosidad
Durante el transcurso de la procesión por la Plaza Mayor, uno de los faroles cayó al suelo y se rompió, lo que provocó que varias de las personas que estaban presenciando el desfile procesional se acercaran a limpiar de cristales el suelo, incluso con escobas prestadas de los locales hosteleros de la zona.