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Mª Carmen, o María, como normalmente se dirige a ella la gente, no concibe una vida sin su atmósfera perruna. Solo se necesita un minuto de conversación con ella para conocer el amor que tiene a estos animales y que, hace 10 años, decidió convertir en un modo de ganar un dinero extra mientras estudiaba unas oposiciones. Aunque también ofrece servicio de guardería -acoge en su casa a mascotas temporalmente cuando sus dueños se van de viaje-, María logra hacer hucha paseando a perros “al igual que muchos estudiantes porque nunca faltan clientes”.
La aventura de tender la mano a perros de otra gente llegó con el objetivo de que su perrito Truco, que ahora tiene 9 años, jugara con otros amigos, ya que el otro perro de María tenía 12 años. Y tal fue el éxito que María siguió y siguió paseando y cuidando a estos amigos de cuatro patas sin fin por ahora. ¡Hasta 20 kilómetros ha llegado a hacerse al día!
María, que es de Madrid aunque siempre ha estado vinculada a Puente del Congosto, donde su padre era médico, estudió Económicas y llegó a trabajar de ello, pero “no me acababa de convencer”. “A mí siempre me han encantado los perros y la gente que me conoce no acaba de entender por qué no estudié algo relacionado con ellos”, comenta. Ahora su trabajo también está relacionado con los pequeños peludos, ya que trabaja en una peluquería canina de la ciudad.
Durante todo esta larga trayectoria paseando y cuidando perros, María ha tenido que lidiar con numerosas situaciones: “Me ha pasado de todo, desde que el dueño del perro hubiera comprado un arnés barato y el perro se saliera volando en mitad del paseo y yo detrás, a que alguno no fuera sociable y se lanzara a morder a mis perros, o que tuviera ansiedad de separación de sus dueños”.
Pero nada supone un inconveniente tan grande para María como para dejar de ofrecerse a pasear a perros cuando sus dueños no pueden porque “por ejemplo se han caído o están enfermos o porque se van de viaje”. De hecho, disfruta de cada momento con ellos. “Te lo pasas genial, cada perro es un mundo. Con algunos con los que ya llevas tiempo paseando se crea un vínculo especial”, manifiesta.
Y si bien los paseos son una forma de generar ingresos, María destaca que también suponen “bienestar” para el perro: “Igual que pagas el veterinario, si no tienes tiempo para sacar a tu perro, puedes pagar un paseador aunque sea dos veces por semana, y eso es salud para él”.
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