Ni leche ni aceite: la despensa de los pobres de Salamanca está casi vacía
No habrá productos de oliva en las entregas del Gobierno: el concurso ha quedado desierto | El Banco de Alimentos ha reducido a la mitad las entregas de leche a las familias por la escasez

“La despensa de los pobres cada vez está más vacía y este año vamos a tener problemas con la leche y el aceite”. Las palabras son del presidente del Banco de Alimentos de Salamanca, Godofredo García, el mejor conocedor de la realidad de los productos que posteriormente se entregan a las familias más vulnerables salmantinas.
El responsable de la ONG, que reparte en Salamanca alimentos a más de 8.500 salmantinos, recalca las dificultades para obtener estos productos. En primer lugar, el aceite de oliva debido a su alto precio y a una situación que hasta ahora nunca se había dado. En la próxima entrega del Fondo Español de Garantía Agraria (Fega) no habrá este producto en las cestas para las familias debido a que estos lotes quedaron desiertos. Todas las empresas retiraron sus ofertas ante el bajo precio.
De hecho, el Consejo de Ministros confirmó ayer que la cuantía que iba a ir destinada a este producto se sustituirá por alubias cocidas, conservas, tomate frito, galletas y macedonias de frutas en conservas que se distribuirá en la segunda fase del Fega (prevista para septiembre).
Por el momento, el concurso de la leche no se ha resuelto pero podría tener el mismo destino debido al alto precio que hay en la actualidad. García reconoce que ya han reducido a la mitad las entregas a las familias salmantinas (de 6 a 3 cartones al mes) y todavía no se ha llegado a un momento límite gracias a que aún quedan fondos obtenidos en la Gran Recogida. “No sabemos cuanto durará pero en productos tan caros como la leche, hace que se reduzca el crédito mucho más rápido”.
A diferencia de lo que ocurría antes de la pandemia, el Banco de Alimentos tiene una cuenta abierta en todos los supermercados con el dinero obtenido en el evento solidario. Hasta 2019 eran los ciudadanos los que elegían los alimentos y los donaban, una situación que provocaba que hubiese 2.000 paquetes de garbanzo y solo 100 de leche, a modo de ejemplo. El nuevo modelo permite adaptarse más a las necesidades concretas de cada Banco, recalca García.
En el pasado año caracterizado por la alta inflación, García señala que eso ha influido a la hora de la compra de los alimentos y las propias donaciones de las empresas. Para la siguiente entrega del Fega aún restan dos meses y no se conoce la cantidad exacta que se recibirá y qué productos, ante las dudas por los cambios en el método de reparto.