16 minutos de magia en el cielo salmantino

Alrededor de diecisiete horas fue el tiempo necesario para montar el precioso espectáculo de fuegos artificiales que iluminó anoche el cielo salmantino para despedir los festejos en honor al patrón de Salamanca.

Una cita que es todo un clásico de la ciudad y que congregó a salmantinos y visitante en las cercanías del Puente Romano para disfrutar del asombroso espectáculo pirotécnico 'València, Foc I Passió' a cargo de Caballer FX.

El show de fuegos tuvo una duración de aproximadamente 16 minutos. Un periodo de tiempo que puede parecer corto cuando se mira todo el trabajo de fondo que implicaron estos minutos de luces y magia en el cielo salmantino.

«Se trata de un espectáculo intenso, variado y diseñado especialmente para Salamanca. Para crear un show así se requieren muchas horas de trabajo. Las labores de montaje son prácticamente todas el mismo día porque hay pocas cosas que se puedan adelantar. Nosotros lo que hacemos es adelantar un poco de trabajo la noche anterior colocando los morteros vacíos, pero el grueso del trabajo es el mismo día y sometidos al clima y a cualquier imprevisto que pueda surgir», relata María José Lora, gerente de Caballer FX, a la vez que recuerda su experiencia en ocasiones anteriores. «Este año el clima ha acompañado. Ha hecho algo de calor, pero no demasiado. Además hay un poco de brisa que ayuda a limpiar el humo cuando los efectos están arriba y que se vean mejor. Ha habido años que nos ha llovido toda la tarde y se nos complicó mucho el montaje. Este año, al contrario, el montaje ha estado muy tranquilo», cuenta.

Al trabajo aire libre colocando cada cosa en el sitio correspondiente, es necesario sumar el tiempo dedicado a las labores de comprobación. «Luego de que colocamos los fuegos en su sitio hay que comprobar que todo esté bien. Los espectáculos grandes como este se realizan con órdenes de disparo desde un ordenador. Entonces es hacer simulaciones y ver que todo este perfecto para que no vaya a salir algo mal en el momento del espectáculo», explica Loras.

Gracias a todo este trabajo previo, los salmantinos pudieron disfrutar de una noche en la que el cielo se llenó de magia con 1.500 órdenes de fuego.

En el espectáculo se pudo apreciar distintos juegos de colores. Durante los primeros minutos, predominaron el azul, amarillo y blanco —los colores de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura, seguido de un bombardeo de trueno que le dio paso a los fuegos multicolores y que llevaron a un impresionante final.