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Bodegón con diversas formas de presentar miel de la marca Reina Mora
La miel, una panacea natural en peligro

La miel, una panacea natural en peligro

Hay marcas de miel, como la salmantina Reina Mora, que envían a domicilio catas gratuitas si las solicitas «on line» para que el consumidor compruebe su pureza

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Viernes, 19 de mayo 2023, 13:45

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Como bien saben los apicultores y otros profesionales relacionados con la distribución y el comercio de miel, en toda España, y en particular en Castilla y León, zonas extremeñas rayanas, La Mancha y Andalucía se producen algunas de las mejores mieles del mundo, tan conocidas y reputadas en la Unión Europea y nuestros vecinos marroquíes como poco promocionadas en nuestro propio país.

Sin embargo, este dulce sector pasa por un momento amargo. A las frecuentes plagas de insectos y ácaros parásitos que afectan a las abejas, hay que añadir las fumigaciones incontroladas de cultivos próximos a las zonas de colmenas, los devastadores incendios forestales y la brutal sequía en 2023.

El resultado es que este año se está recolectando la peor cosecha de miel que se recuerda.

Adulteraciones y mixtificaciones

Ante la bajada de la producción, la picaresca no se ha hecho esperar. La primera manifestación de este oportunismo es el crecimiento de las importaciones masivas de miel de baja calidad procedente de países como China, que ciertos traficantes adulteran además con siropes derivados del maíz, trigo, arroz y remolacha azucarera, revuelta con mieles de Ucrania, o Suramérica.

Lo grave es que estas mezclas se venden como miel española porque la legislación permite etiquetarla como tal si la proporción de miel autóctona supera el 51 por ciento-.

El resultado es que se calcula que el 46 por ciento de la miel importada a la UE está adulterada, cuando no directamente falsificada con productos en los que las pobres abejas ni siquiera se han posado. Así, muchos desaprensivos están haciendo un negocio redondo, ya que compran los jarabes chinos a 60 céntimos el kilo, un precio inferior incluso al del azúcar blanco.

Aunque estas mezclas de baja calidad pueden adquirirse en las grandes superficies por cantidades aparentemente asequibles, a largo plazo el consumidor lo paga muy caro. En primer lugar porque es víctima de un fraude, ya que se le vende por miel lo que no lo es; en segundo lugar porque esa pasta dulce carece de las propiedades nutritivas y saludables de la miel genuina. En tercer término porque este tipo de prácticas hacen una competencia desleal a honrados apicultores cuyo producto auténtico y de calidad no puede venderse a los precios que ofrecen estos desaprensivos.

Además, una disminución en la cantidad de miel producida conducirá a la desaparición de un número de panales aún mayor que la que ya se está produciendo, lo que podría conducir a un desastre ecológico de proporciones incalculables si tenemos en cuenta la imprescindible labor de las abejas como polinizadoras de numerosas especies vegetales.

Imagen principal - La miel, una panacea natural en peligro
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Soluciones ante esta situación

Fijáte bien en lo que vas a comprar y pruébalo si es posible. Hay marcas, (como Reina Mora, por ejemplo), que te envían a domicilio catas gratuitas si las solicitas «on line».

No dejes de leer las etiquetas, es sencillo y a menudo te proporciona una información valiosísima para evitar engaños.

Desconfía si el precio es demasiado bajo. Como decían nuestros abuelos nadie da duros a peseta (ahora se diría euros a céntimo).

Ten en cuenta que la buena miel es pegajosa y se solidifica a bajas temperaturas, aunque recupera su estado original al calentarla a menos de 30 grados al baño María (cuidado con excederte porque puede perder parte sus cualidades saludables).

Ten mucha precaución con los envases de plástico, la buena miel suele ir en frasco de cristal.

Pero, sobre todo, exige que te cuiden y mimen como hacen las abejas, que desde tiempos prehistóricos, han acompañado a la Humanidad en prácticas saludables, como a los enamorados en su «luna de miel».

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