Un lienzo de Salamanca viaja a 'La Ciudad Eterna'
Se expondrá en la exposición internacional Biennale delle Arti, organizada por la Fondazione Amedeo Modigliani. «Es una obra singular en mi trayectoria», asegura su autora, Consuelo Hernández
Consuelo Hernández, una pintora extremeña afincada en Salamanca, ha conseguido algo inédito: expondrá en Roma, en pleno barrio de Trastevere, una obra que retrata la arquitectura y la soledad de un espacio cotidiano de la capital charra: la sala de espera de la estación de autobuses de Salamanca. Formada en Letras por la Universidad de Salamanca, la artista ha logrado llevar a 'La Ciudad Eterna' un pedazo íntimo de su ciudad adoptiva.
La escena no parece grandiosa, pero encierra una belleza profunda para la propia artista. «Un día comencé a mirar este espacio con otros ojos y automáticamente se transformó, en mi mente, en pintura», asegura. Así nació 'La sala de espera', un lienzo de gran formato que Hernández ejecutó en el año 2022 durante cinco meses y que ha sido seleccionado para participar en la prestigiosa Biennale delle Arti, organizada por la Fondazione Amedeo Modigliani en Roma. La exposición se inaugurará el próximo 20 de septiembre en una sala histórica del barrio de Trastevere y permanecerá abierta al público durante un mes.

La artista confiesa a este medio que todas sus obras se conciben desde un plano emocional. En este caso, el lienzo fue el resultado de muchas visitas a la estación durante sus traslados. «Un día descubro la belleza de la sala. Belleza que me hace reflexionar y sentir… la luz que traspasa cristales, que incide y se desliza o se esconde en diferentes lugares», relata con detalle. Esa transformación del entorno en experiencia artística la empujó a convertir ese espacio en el gran protagonista de su nuevo trabajo.
En esta obra, cuya técnica es el óleo trazado con espátula y pincel, la autora ha integrado el estilo realista con un mensaje personal: referencias simbólicas y filosóficas, elementos constantes en la producción pictórica de Consuelo Hernández. La obra no es solo un retrato físico de un edificio. Es una metáfora de una sociedad donde el individuo se diluye: «Las personas quedan situadas en el espacio interior, sus cuerpos se difuminan. Es mi mensaje: la despersonalización del individuo, la incomunicación y el anonimato», aclara.
La arquitectura, imponente y absorbente, se convierte en símbolo de esa presión invisible que nos rodea. Aunque en otras obras Hernández enmarca a las personas como protagonistas, aquí invierte el foco: «Es una obra singular en mi trayectoria», matiza. En una ciudad rica en historia y patrimonio como Salamanca, Consuelo Hernández opta por fijarse en lo cotidiano. «Es la sencillez de una sala de espera lo que me atrajo en esta ocasión», dice. No es la Plaza Mayor ni la Catedral, sino un lugar funcional y silencioso, cargado de momentos humanos: despedidas, esperas y pensamientos.
La ciudad de Salamanca ha influido notablemente en sus trabajos a lo largo de toda su trayectoria. En otras ocasiones ha retratado espacios emblemáticos como el Puente Romano o el Huerto de Calixto y Melibea. Respecto a su participación en la exposición, la artista confiesa que «es una oportunidad muy deseada». La noticia llega a su carrera artística como un regalo. «Volver a Roma, la eterna Roma, siempre será deseado», manifiesta.
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