Las mejores recetas para hacer esta Semana Santa
En estos días de confinamiento, son muchos los hogares en los que se ha despertado el gusto por cocinar. Cada plato se convierte ahora en toda una fiesta para el disfrute de la familia. Por eso, la gastronomía cuaresmal puede ser una oportunidad para rescatar ese vasto compendio de recetas tradicionales
Con el confinamiento y la mayor disponibilidad de tiempo en casa, en muchos hogares se ha despertado el gusto por cocinar. Cada plato elaborado se convierte ahora en toda una fiesta que disfruta la familia al completo, algo que, debido a las prisas generalizadas de nuestra sociedad (trabajo de ambos progenitores, cole, extraescolares, viajes, ocio...), hacía décadas que no se vivía.
En estos momentos la gastronomía cuaresmal puede ser una oportunidad no solo para compartir mesa con la familia, sino para transmitir la herencia culinaria de nuestros antepasados, su historia y su particular modo de sobrellevar los rigores cuaresmales. En este artículo se recopilan varias recetas de cuaresma, sencillas y asequibles a cualquier bolsillo y lo mejor de todo: sabrosas, nutritivas y saludables, pues aunque también hay alguna que otra fritura –dulce y salada- puede consumirse con moderación y, sobre todo, respetando los tiempos y la temperatura del aceite en el que se cocina. Indispensable es también el uso del papel absorbente, para que chupe ese exceso innecesario de grasa.
Potaje de vigilia
Para 4 personas:
-300 gramos de bacalao en salazón
-400 gramos de garbanzos
-1/2 kilo de espinacas
-1 tomate
-1 cebolla grande
-2 puerros
-3 dientes de ajo
-1 huevo cocido
-Aceite de oliva
-Pimentón dulce (o picante, según el gusto)
Elaboración:
El día antes de elaborar el potaje, ponemos a desalar el bacalao y por la noche dejamos los garbanzos a remojo. Empezamos la faena poniendo los garbanzos a cocer en agua con un chorro de aceite (cuando rompa a hervir, se baja el fuego para que vaya más lento y no desmenuce las legumbres). En una olla aparte, blanqueamos las espinacas (agua hirviendo con sal y meter y sacar la verdura) para quitarles el amargor. Mientras, en una sartén, hacemos un sofrito con los ajos, el puerro y la cebolla.
Cuando empiece a tomar color, espolvoreamos una cucharadita de pimentón, e incorporamos el tomate pelado y sin pepitas. Este sofrito se puede enriquecer con una copita de vino blanco y/o con una taza de caldo de verduras. Añadimos al sofrito las espinacas picadas en grueso, dejamos reposar unos minutos, y echamos el bacalao para que se impregne del sabor del sofrito. Cuando veamos que los garbanzos empiezan a estar tiernos se añade el compango que hemos preparado, se remueve bien y se deja reposar al menos una hora para que los sabores se compenetren. Antes de servirlo espolvoreamos con huevo cocido finamente picado.
Bacalao con tomate
Para 2 personas:
-2 lomos de bacalao desalado
-1 pimiento rojo y uno verde
-1 cebolla grande
-1 diente de ajo
-1 bote de tomate triturado de 500 ml
-Una cucharadita de pasta de tomate concentrado
-Un chorrito de vino blanco seco
-Aceite de oliva virgen extra
-Sal
-Pimienta negra recién molida
Elaboración:
En primer lugar hay que desalar el bacalao (ver en el texto cómo hacerlo correctamente). Poner en una sartén un buen chorro de aceite a calentar, cortar la cebolla y los pimientos en juliana, añadir la cebolla primero dejar hacer unos minutos a fuego medio, hasta que quede transparente, añadir los pimientos y el diente de ajo picado fino. Dejar rehogar todo en la sartén a fuego bajo durante unos quince minutos.
Verter en la cazuela el tomate triturado y la pasta de tomate, remover y añadir pimienta negra y algo de sal –poca ya que el bacalao también aporta su sal-, dejar cocer hasta que la salsa de tomate espese.
Una vez lista la salsa colocar los lomos en la cazuela, poner la tapa y dejar cocer unos diez minutos hasta que veamos que las lascas –capas del bacalao- se separen con facilidad. ¡Eso significa que está en su punto!
Buñuelos de bacalao
Para 35-40 unidades:
-1 cebolla grande
-2 ajos
-500 gramos de bacalao desalado
-250 gramos de harina de trigo
-2 cucharaditas de levadura química
-Perejil fresco picado (al gusto)
-150 gramos de mantequilla
-3 huevos
-300 ml. de agua
-1 litro de aceite de oliva suave o de girasol
Elaboración:
Picamos la cebolla y los ajos muy finos y reservamos. Desalamos el bacalao y después lo desmigamos bien con las manos. Tamizamos la harina y lo mezclamos bien con la levadura química.
En una cazuela grande pochamos la cebolla y los ajos picados con aceite y cuando esté doradita, añadimos el bacalao. Subimos a fuego alto durante un minuto y lo retiramos del fuego, agregamos el perejil y mezclamos bien. Reservamos.
Ponemos a calentar en una cazuela el agua y la mantequilla y en cuanto empiece a hervir retiramos y removemos para que la mantequilla se funda del todo. Echamos de una vez la mezcla de harina y levadura y lo volvemos a poner al fuego y removemos con cuchara hasta que quede una masa homogénea sin grumos. Retiramos del fuego y dejamos templar. Echamos los huevos de uno en uno (hasta que el primero no esté bien integrado, no echar los demás) y mezclamos hasta que quede cremoso.
Agregamos la preparación de bacalao y removemos para que se mezclen bien. Dejamos reposar 15-20 minutos.
Calentar a fuego medio una sartén con aceite y con las manos o con dos cucharillas formamos bolitas y freímos a fuego medio. Cuando estén doradas, los ponemos en papel absorbente.
Torrijas tradicionales
Para 8 unidades:
-8 rebanadas de pan del día anterior (o pan especial para torrijas)
-750 ml de leche entera
-2 cucharadas de azúcar
-Una rama de canela
-La cáscara de un limón (sin la parte blanca)
-3 huevos
-Azúcar blanca
-Canela en polvo
-Aceite de girasol para freír (también de oliva, ¡al gusto!)
Elaboración:
Infusionamos la leche con los aderezos, para ello ponemos en un cazo la leche con el azúcar, la cáscara de limón y la ramita de canela y llevarlo a ebullición. Cuando comience a hervir, bajar el fuego al mínimo durante un par de minutos y después retirar el cazo del fuego.
Dejar enfriar a temperatura ambiente. Colar la leche y disponerla en un plato hondo, cómodo para empapar las rebanadas. Empapamos bien las rebanadas de pan del día anterior en el preparado. Escurrimos las rebanadas y las pasamos por el huevo batido.
Las freímos en abundante aceite y cuando estén doraditas las pasamos a un papel absorbente para quitar el exceso de grasa. Una vez frías las espolvoreamos con azúcar y canela en polvo. ¡Y listas para degustar!