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Celia y Juan estuvieron aislados tanto en Nochebuena como en Nochevieja.

Las anécdotas más curiosas de cuatro salmantinos confinados en Nochevieja

Así vivieron el cambio de año: a familia bajo el balcón, tápers en el ascensor, la dueña de un restaurante sorteando la San Silvestre Vallecana, las benditas videoconferencias...

Domingo, 2 de enero 2022, 23:57

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La eclosión de contagios de las últimas semanas llevó a más de 7.000 salmantinos diagnosticados con covid en los últimos diez días a pasar la Nochevieja aislados. Asintomáticos o con dolor de garganta y fiebre, muchos tuvieron que recuperar las videoconferencias y tirar de originalidad para despedir el año con alegría, pese a las circunstancias.

Juan y Celia: “Ha sido una pena. Queríamos que fueran unas Navidades especiales ya que esperamos una niña”

Esta joven pareja salmantina tenía todo preparado la mañana de Nochebuena para venir a Salamanca desde Madrid, pero optaron por la prudencia tras haber tenido un contacto estrecho. “El día 24 teníamos las maletas listas porque una PCR negativa el 22 nos tranquilizó, pero tras tener síntomas Celia se confirmó el positivo la mañana de Nochebuena. Aquí no teníamos nada así que yo salí a comprar la cena y esa noche cenamos por separado y con mascarillas. Al día siguiente yo también di positivo”. Arrancaba una semana complicada en la que sobre todo, la nostalgia de las fiestas familiares fue más fuerte en unas Navidades que esperaban que fueran muy especiales: “Hemos echado de menos a nuestras familias, y sobre todo lo hemos sentido por ellos que nos estaban esperando para unas Navidades especiales ya que esperamos una niña próximamente”.

La odisea continuaría en la Nochevieja. Optaron por pedir la cena, pero no contaban con la celebración de la San Silvestre Vallecana que tenía cortados todos los accesos. “La dueña del restaurante vino hasta nuestra casa a traérnoslo. Fue un detalle porque pensaba que no cenábamos”, reconoce. De esa noche, aunque se sintieron cerca por las videoconferencias, echaron de menos no poder compartir las uvas con su sobrino, Marco. “Esperamos poder resarcirnos en Reyes, ya que el día 3 nos levantan la cuarentena”.

“Yo estaba muy mala, cenando, pero fue verles bajo la ventana y me alegro toda la noche. Casi me atraganto de la emoción”

Berta: “Mi familia es la mejor. Vinieron a brindar conmigo bajo el balcón”

“Pon que son los mejores”. Berta lo repite varias veces. A veces, hace falta pasar por pequeños baches para apreciar aún más a los tuyos. “Mis padres, mi hermano y mi primo que ha venido de Zaragoza vinieron debajo de la ventana alas 12 menos cuarto a la mediana de Carbajosa para tomar las uvas conmigo”. Con la radio puesta para poder hacerlo de forma coordinada, hicieron una celebración muy especial ya que ya había pasado “confinada” la Navidad. “Y por supuesto —incide— me trajeron a mi Calita, mi perrita”, sonríe. A pesar de que tenía mucha tos y pocos ánimos, ver a su familia le supuso una motivación extra. “Yo estaba muy mala cenando, pero ya verles me alegró del todo la noche. Casi me atragantaba con las uvas, yo viéndolo por televisión y con la cabeza por fuera y ellos con el móvil en la oreja con la radio”.

Familia Benito: “Mi madre hizo cena para todos y nos dejó el táper en el ascensor”

Las Navidades son unas épocas muy esperadas, pero sobre todo están marcadas por el reencuentro. La familia Benito, de Salamanca, esperaba con ganas ver a los familiares más lejanos de Francia, pero sin embargo un positivo el día de Navidad lo marcó todo. “Empezamos con picor de garganta y tos y finalmente se confirmó”. El día 30 de diciembre llegaron sus hermanos procedentes del país galo, pero sin embargo solo pudieron saludarse por videoconferencia. “¿Cómo le dices a dos niñas que no pueden ver a sus primos, a los que solo ven una vez al año, a pesar de que estén a solo unos metros en el piso de enfrente?”. Por ello, en los contactos que han mantenido estos días han prescindido de enseñar a los primos. Eso sí, han estado conectados el resto de la familia. “Mi madre hizo cena para todos. Y los dejamos su parte en el ascensor. Sin vernos ni subir al cuarto. Primero fui a buscar los táper, me los dejaron en el ascensor y yo los cogí abajo con mucha penita. Luego los llenamos y para allá volvieron. Los dejé abajo en el ascensor y subieron sin vernos”, recuerda.

“Esperamos poder resarcirnos en Reyes, ya que el día 3 de enero nos levantan la cuarentena”

Pablo y Ana: “La distancia es eterna en estos días. No ver a la familia y amigos ha sido lo más duro”

Ana recibió el positivo unos días antes de Navidad. Pablo, unos días después. Se venían abajo todos los planes navideños y tocaba comenzar a planificar la compra online. Valladolid sería su hogar navideño, además del lugar donde trabajan. “La distancia se hace eterna durante estos días. Sobre todo en Nochebuena que echamos de menos a nuestros padres, a los sobrinos Vega, Paula y Diego y en Nochevieja más a los amigos”, reconocen. Esperan en fechas cercanas a Reyes volver a Salamanca, pendientes del negativo en las pruebas. Han arrasado ya con el catálogo de plataformas audiovisuales, para el fin de año descubrieron sus habilidades culinarias con un solomillo Wellington y brindaron a través del ordenador con sus seres queridos. “Todo sea para controlar el virus”. Que así sea.

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