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Torrijas salmantinas.
La Semana Santa salmantina también se come

La Semana Santa salmantina también se come

La gastronomía típica de Cuaresma y de la Pasión en Salamanca deja platos y dulces de lo más suculentos. Repasamos algunos de ellos

Sábado, 13 de abril 2019, 15:16

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Es tiempo de recogimiento, devoción y reflexión. Pero todo eso no está reñido con el buen yantar. Con degustar algunas de las delicias que nos brinda el siempre sorprendente, y a veces olvidado, recetario tradicional salmantino. La Cuaresma y la Semana Santa tienen sus platos típicos en esta provincia. Algunos que no pierden vigencia, como las torrijas, y otros que cuesta más encontrarlos, como el limón serrano. Algunos evitan la carne tan “maldita” en esta época, pero se tiran en los brazos de la tentación más dulce. Otros se basan en un pescado tan cuaresmal como es el bacalao. Vamos a hacer un repaso por esas recetas más identificadas con este periodo para que el estómago también disfrute.

Las torrijas, un clásico que nunca muere

Hablar de Semana Santa es hacerlo de las torrijas. Rebanadas de pan empapadas en leche o vino que se pasan por huevo batido, se fríen en la sartén para finalmente espolvorearle por encima una mezcla de azúcar y canela. Ese es la receta básica, pero actualmente existen numerosas variantes que intentan dar una vuelta de tuerca a ese dulce tan típico. ¿Quién no recuerda ese olor de las torrijas en la sartén cuando se levantaba pronto en la mañana del Jueves Santo? Son imágenes imborrables que siguen muy vigentes.

Limón serrano, el contundente desayuno del Jueves Santo

Un plato cien por cien salmantino y cien por cien de Semana Santa es el limón serrano. Desaparecido por completo en muchos restaurantes de la provincia, pero una auténtica joya de nuestra gastronomía. Rodajas de limón y naranja con huevo, chorizo, ajo frito y todo ello aderezado con aceite, vino tinto y sal. Una “bomba de relojería” que se servía como desayuno en Jueves Santo en las sierras de Béjar y Francia. También es típico en Alba de Tormes durante la jornada del Domingo de Ramos.

Sopas de ajo y el bacalao en todas sus formas

Ajo frito, aceite de oliva, pimentón, sal y el pan. Las sopas de ajo o sopa castellana reflejan a la perfección la esencia de la Semana Santa. Una receta sencilla, con productos modestos, sin carne y, al mismo tiempo, contundente. Más elaboración tenía el potaje, un clásico de la Cuaresma y de la Semana Santa. Bacalao desalado, garbanzos, espinacas, huevo cocido e incluso arroz. También el bacalao puede dar de sí para dar gusto a unas patatas cocidas y elaborar unas deliciosas croquetas.

Bartolillos, buñuelos, pestiños... y, por supuesto, el hornazo

La repostería salmantina deja un amplio abanico de dulces típicos de Semana Santa. Entre ellos se encuentran los bartolillos. Una masa elaborada con aceite, vino, harina, sal, azúcar y canela que puede ir rellena de crema pastelera.

Los buñuelos, tan típicos del día de Todos los Santos, también hacen su aparición en Semana Santa. Lo mismo ocurre con los pestiños.

Y para acabar, está el hornazo. Típico del Lunes de Aguas y que representa el exceso del fin de la Cuaresma, pero que se puede paladear en cualquier momento del año y, por supuesto, también en Semana Santa. Sino que se lo digan a las personas que nos visitan en estas fechas y están deseosos de probarlo.

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