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De izquierda a derecha: Marta Romo González, Rodrigo Prieto Bermejo, Alejandro Pérez Fernández, Jesús Sánchez Yagüe, Carmen Sánchez Bernal, Ángel Hernández Hernández (director del grupo), Carla Ijurko Valeta y Ester Rodero Casquero, integrantes del grupo Señalización Redox y Estrés Oxidativo en Hematopoyesis y Pancreatitis.
La lucha de estos investigadores salmantinos contra las enfermedades de la sangre

La lucha de estos investigadores salmantinos contra las enfermedades de la sangre

Ponerle coto a las enfermedades es uno de los objetivos que se ha marcado el grupo de investigación que dirige Ángel Hernández Hernández, quien en los últimos años se ha especializado en la búsqueda de aplicaciones terapéuticas ante las enfermedades de la sangre, especialmente la leucemia

Viernes, 29 de noviembre 2019, 21:28

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Hacer del mundo un lugar más habitable y conseguir una mayor calidad de vida para el ser humano —es decir, vivir más y mejor— ha sido, es y, no cabe ninguna duda, seguirá siendo uno de los mayores retos de nuestra especie. En parte ya se ha conseguido. Pero no es suficiente. Ponerle años a la vida tiene también que ir acompañado de una mayor dotación de vida a los años. Y es que esta longevidad no llega sola. Asociada a ella aparecen una serie de enfermedades nuevas y otras viejas con una mayor incidencia. Algunas ya cuentan con terapias acertadas; otras, en cambio, siguen teniendo una gran repercusión patológica. Romper con esta tendencia y encontrar curas efectivas que mitiguen o eliminen estas incidencias es un objetivo al que se dedican no pocos grupos de investigación en todo el mundo. También en la Universidad de Salamanca, que hoy en día es todo un referente en diferentes campos de la bioquímica y la biología molecular. Entre dichos grupos figura el que dirige actualmente el profesor Ángel Hernández Hernández y que lleva por nombre Señalización Redox y Estrés Oxidativo en Hematopoyesis y Pancreatitis y que, como su nombre indica, centran su atención en la búsqueda de terapias contra las enfermedades de la sangre y del páncreas.

La aventura arranca hace ya varias décadas de la mano del profesor Marcial Llanillo, quien cede el testigo a Ángel Hernández Hernández, que continúa con aquella labor y abre nuevas líneas de investigación. Tanto es así, que además de la señalización redox y del estrés oxidativo en las células de la sangre, el grupo, bajo la dirección del doctor Jesús Sánchez Yagüe también orientan sus pasos hacia los marcadores clínicos y la proteómica y fosfoproteómica de la pancreatitis aguda experimental, sin olvidar el papel de los polifenoles en la protección celular frente al estrés oxidativo, campo en el que Marcial Llanillo ha trabajado toda su carrera.

El actual equipo toma las riendas del camino abierto hace décadas por el profesor Marcial Llanillo

Y es que desde 2006, Ángel Hernández ha centrado sus pasos, preferentemente, en el estudio desde un punto de vista básico de la diferenciación de las células sanguíneas. “Nos interesa conocer qué factores son los que influyen en esa diferenciación celular, pues se trata de un aspecto fundamental: todos reponemos nuestras células de manera continuada y si no sucede de forma adecuada, se producen patologías, como la leucemia”, señala Hernández Hernández, director de un grupo que no solo centra su atención en los mecanismos básicos, sino que últimamente también extienden sus investigaciones hacia el campo de las aplicaciones, especialmente en las leucemias mieloides. “Intentamos buscar aplicaciones terapéuticas fundamentalmente en la leucemia mieloide crónica y la leucemia mieloide aguda”, apostilla.

Y, ¿en qué fase se encuentran estas investigaciones? El director del grupo es claro: “En una fase básica preclínica. Ya hemos publicado algunos artículos sobre nuevas posibilidades de terapias ante la leucemia. Llegamos hasta donde podemos llegar”, confirma Ángel Hernández, quien apunta que para este desarrollo preclínico hacen uso no solo de modelos celulares de líneas celulares, sino también de modelos in vivo con animales de experimentación y de células de pacientes. “Intentamos validar las estrategias terapéuticas en los tres modelos”, subraya este investigador.

Aunque son un grupo eminentemente básico, hace algunos años dieron el salto al campo de las aplicaciones

Metidos en materia, la línea de investigación que sigue Hernández Hernández está centrada en las proteínas NADPH oxidasas, unas encimas que están en todas las células y cuya función conocida es la producción de especies reactivas del oxígeno o ROS. “Debido a la necesidad de oxígeno para vivir, nuestras células producen ROS a través de diversos mecanismos. Cuando el sistema no funciona bien, y se produce un exceso de ROS, nos oxidamos. Por eso, hasta hace unos años se consideraban estos ROS como elementos tóxicos para la célula. Ahora se ha visto que pueden ser biológicamente importantes y que estas proteinas NADPH oxidasas pueden producir ROS de una manera regulada, pero si están mal reguladas pueden provocar patologías, entre ellas los tumores, donde las células tienen niveles de ROS más altos de lo normal”, afirma Hernández Hernández, quien trabaja en la búsqueda de reguladores capaces de combatir esas células tumorales, en su caso la leucemia.

Y en esta labor no se encuentran solos. Además de la colaboración del Servicio de Hematología del Hospital Universitario y del IBSAL (Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca), organismo al que se encuentra vinculado el grupo, también trabajan con otros grupos de la propia Universidad y mantienen una relación estrecha con equipos de otras partes de España y también del extranjero. Y es que hoy en día, esta línea de investigación tiene un gran predicamento en todo el mundo dada su elevada potencialidad. Así lo demuestran los grupos punteros que existen actualmente en Inglaterra, Estados Unidos, Francia y Alemania, ante todo.

Y a pesar de estar atravesando una situación “crítica” por falta de financiación, el grupo ha encontrado su hueco en un sector cada vez más competitivo gracias a la perseverancia y buen hacer de sus miembros, que viven con ilusión y entusiasmo el reto que supone la investigación. También entre los más jóvenes, cuya implicación es máxima. Así lo demuestra el hecho de mantener una reunión fija cada dos semanas y una serie de seminarios a lo largo del curso. “Nos sirven para comentar los avances y especialmente las dificultades que han ido surgiendo”, constata el director del grupo, quien, en todo caso, siempre mantiene su puerta abierta para comentar cualquier cuestión que surja en el día a día. “En ese caso, convocamos una reunión improvisada y analizamos la situación”, apostilla.

Y a pesar de los buenos resultados obtenidos en los últimos años, el grupo no atraviesa por uno de sus mejores momentos. La falta de financiación les ha llevado a una situación un tanto comprometida. “Ahora mismo estamos en un momento muy, muy crítico; tenemos los mismos recortes que durante la crisis y lo que más daño nos está haciendo es la inestabilidad política actual: no hay gobierno, no hay presupuesto y no hay dinero. El mundo de la ciencia lo está pasando realmente mal”, subraya Ángel Hernández.

Una situación que contrasta con el interés que los jóvenes siguen mostrando por la ciencia. “Si la situación fuera otra, el número de jóvenes sería mayor”, comenta el director del grupo, para quien las cualidades que ha detener un buen investigación son la perseverancia y la constancia. “Y no querer hacerse rico, porque aquí no lo vas a conseguir; tampoco tienes que desanimarte. Este es un trabajo muy vocacional y el que se dedica a ello es porque le gusta mucho la ciencia”, sentencia.

“Este es un trabajo muy vocacional y el que se dedica a ello es porque le gusta mucho la ciencia”

Y es que por encima de todo está la satisfacción de aportar algo nuevo a la sociedad, pues no hay nada más gratificante que el hecho de “generar conocimiento y contar con un trabajo que no es nada rutinario”, confiesa Hernández Hernández, consciente de que la mayor satisfacción para un investigador es “el afán y la posibilidad de descubrir cosas nuevas”, concluye el director del grupo Señalización Redox y Estrés Oxidativo en Hematopoyesis y Pancreatitis de la Universidad de Salamanca y el IBSAL.

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