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Lunes, 14 de diciembre 2020, 20:44
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Tras 32 años de espera para ser declarado Bien de Interés Cultural, el Mercado de San Juan está más cerca de la meta. La Junta ha prometido que en 2021 culminará el expediente para dar la máxima protección al edificio, un buen exponente de la arquitectura racionalista en Salamanca.
Fue en 1935 cuando el Ayuntamiento se planteó la construcción de un nuevo mercado de abastos para satisfacer las necesidades de la zona norte de la ciudad, la de mayor crecimiento en Salamanca, según recuerda José Ignacio Díez Elcuaz en el libro “Arquitectura y urbanismo en Salamanca (1890-1939)”. Con el estallido de la Guerra Civil, el proyecto se pospuso.
Los planos fueron firmados por Luis Gutiérrez Soto —que en la misma época, según recuerda Díez Elcuaz, proyectó el mercado de mayoristas de Málaga— y Javier Barroso en 1939. Las obras comenzaron en 1942 y terminaron en 1945. Fueron dirigidas por el arquitecto municipal Ricardo Pérez Fernández.
El edificio con planta rectangular, diseñado en torno a un patio central cubierto, permitió crear un espacio céntrico diáfano gracias a la ausencia de pilares. La cubierta interior, como describe Díez Elcuaz, adoptó un perfil arqueado, con nervios de hormigón armado y tirantes de hierro.
La fachada principal, orientada al sur, quedó protegida por un soportal destinado a acoger los puestos ambulantes. En la fachada norte se proyectó una zona de muelles de descarga. Así se separó la circulación de mercancías y personas.
Estilísticamente, señala José Ignacio Díez Elcuaz, doctor en Historia del Arte, en el Mercado de San Juan predominan la austeridad y la desornamentación propias de la arquitectura racionalista, pero con algunos elementos característicos del Art Déco en la rotulación y los mástiles. El profesor indica en “Arquitectura y urbanismo en Salamanca ( 1890-1939)” que el mercado cuenta con otros detalles decorativos que pretenden evocar la tradición local. Se trata del escudo de la ciudad, de formas barrocas, las conchas adosadas al muro y la arquería que forma el soportal que solo lejanamente, dice el experto, puede sugerir la de la Plaza Mayor. Todos estos detalles fueron realizados en piedra arenisca, en claro contraste con los muros enfoscados de color blanco.
El Mercado de San Juan fue rehabilitado entre 1988 y 1990, quedando tal y como lo conocemos en la actualidad. En 2018, además, el Ayuntamiento realizó unas actuaciones de conservación.
En la construcción del mercado, según narró LA GACETA de la época, trabajaron 50 obreros, de los que 14 eran carpinteros que se dedicaron a los moldes de madera donde se vertía el hormigón. La cantidad de trabajadores se incrementó una vez finalizada la cimentación del edificio, que había dejado atrás la idea de ser instalado en la plaza del Campillo.
El 12 de junio de 1945, LA GACETA REGIONAL daba cuenta en su última página de la inauguración del Mercado de San Juan y a cuatro columnas titulaba: “Puede considerársele modelo en su género”.
El edificio ofrecía a los salmantinos desde aves, caza, o huevos en el sótano, hasta los puestos de verdura, carnicería, y pescadería en el resto de plantas. En total 103 puestos cerrados e independientes en el interior, ocho tiendas exteriores, 86 bancas para verduras y vendedores ambulantes, y un bar. Puestos cuyo alquiler era de: 0,50 a 2,50 pesetas las bancas, de 4 a 10 las tiendas interiores, mientras que las exteriores se alquilaban a 10 pesetas.
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