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Alejandro Amenábar y Karra Elejalde, como Unamuno con LA GACETA REGIONAL, en un descanso del rodaje de “Mientras dure la guerra”. ARCHIVO
La huella que ha dejado Unamuno en Salamanca

La huella que ha dejado Unamuno en Salamanca

Da pie a películas como “Mientras dure la guerra”, de Amenábar, y la inminente “Palabras para un fin del mundo”, de Menchón

Lunes, 12 de octubre 2020, 18:48

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Hay muertos que nunca mueren. Especialmente Unamuno. Fotografiado y retratado para perdurar en nuestra retina, admirado por su obra literaria y su posición intelectual (a veces contradictoria consigo mismo), su eco nunca se apaga. El rector más famoso sigue de permanente actualidad. Sobre todo en el cine, donde no deja de dar paso a títulos de películas. La próxima, que se estrenará en los cines el 13 de noviembre, “Palabras para un fin del mundo”, dirigida por Manuel Menchón, es un documental que volverá a retomar el enfrentamiento que tuvo el rector de la Universidad de Salamanca con Millán-Astray el 12 de octubre de 1936 en el Paraninfo.

José Sacristán será la voz del reconocido escritor y filósofo en el documental. El malagueño Antonio de la Torre interpretará al general Emilio Mola, uniéndose a Marian Álvarez, Víctor Clavijo y Andrés Gertrúdix. Podrá escucharse, con rigor histórico, ha dicho Menchón, la verdadera alocución de Unamuno durante el episodio del Paraninfo, que marcaría el resto de sus días hasta su muerte el 31 de diciembre de 1936. Y todo gracias a un importante hallazgo: un documento oculto más de 80 años, que desvela las palabras del rector, recogidas de forma inmediata tras su enfrentamiento con Millán-Astray.

Menchón ya dirigió “La isla del viento” (2016), con José Luis Gómez como Unamuno, en un relato que se centra en los meses de destierro en 1924 durante la dictadura de Primo de Rivera en Fuerteventura, donde vivió aventuras quijotescas, y que incluye también el incidente del Paraninfo.

Muy importante repercusión ha tenido “Mientras dure la guerra”, dirigida por Alejandro Amenábar, que superó los dos millones de espectadores solo en las salas de cine tras su estreno en otoño de 2019. El cineasta consultó una documentación exhaustiva para preparar la película. Leyó la biografía de Franco de Paul Preston; la Guerra Civil de Hugh Thomas; a Emilio Salcedo, al matrimonio Rabaté, al salmantino Luciano González Egido, a Jon Juaristi... siempre centrándose en los seis últimos meses de la vida de Unamuno, aunque “mirando hacia atrás para ver de dónde procedía este apoyo casi romántico de Unamuno a los soldados que venían, según creía él, a poner orden”. A Karra Elejalde le dijo que jugara a la contención y que redujera su abanico expresivo para ser Unamuno. “Que en determinados momentos viéramos al Unamuno más volcánico o que se rompe, pero que intentase componer un personaje seco y frío”, ha comentado el director. “Mientras dure la guerra” está disponible en Movistar+ hasta 2030.

En el teatro (y también en el Paraninfo de la Universidad) José Luis Gómez, académico de la RAE, actor y director teatral, ha sido Unamuno. Y ha apuntado que el enfrentamiento con Millán-Astray en Salamanca el 12 de octubre de 1936 fue un ejemplo de coraje civil y corrección (o expiación) de su error al apoyar el levantamiento militar del general Franco.

Unamuno, que estaría encantado con su actual trascendencia, es una figura con una amplia iconografía, de la que dan fe los retratos de Solana, Sorolla, Zuloaga, Vázquez Díaz, José Aguiar, Losada, Guido Caprotti, Gamonal, Moreto, Segura o Luis de Horna, como se recuerda en su Casa-Museo de la calle Libreros. Y también ha dado pie a las esculturas de Pablo Serrano, Agustín Casillas, Moisés de Huerta y Victorio Macho.

El rector más famoso de Salamanca, escritor de la generación del 98, filósofo, políglota —dominaba el portugués, alemán, inglés, francés, griego y euskera— y amante de la papiroflexia, fue buen dibujante. De joven estudió en el taller bilbaíno de Antonio Lecuona, pero la ausencia de mano con el color le hizo desistir de una carrera artística. Fue caricaturizado por contemporáneos como Luis Bagaría, un aspecto que recordó la Diputación en el 80 aniversario de su muerte, al igual que la Universidad recuperó las fotos de su amigo José Suárez en una muestra de 2018 donde se vieron algunos de los retratos más conocidos del intelectual bilbaíno que vivió y murió en Salamanca

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