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Martes, 6 de agosto 2019, 22:21
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Jerónimo Hernández quiere recuperar la normalidad, tras 121 programas en “Pasapalabra” como concursante especialmente aplaudido por la audiencia.
–Se fue de “Pasapalabra” por un fallo “muy tonto”. ¿No estaba concentrado?
–Fue un despiste. En un segundo cometes un fallo muy tonto, quizás por un poco de cansancio. Era el primer programa que grabábamos después de comer y había estado tomando antibióticos recetados por el dentista. Se junta todo en un segundo. Pero no olvido que un concurso es un juego, aunque me gusta esforzarme para hacerlo bien. Luego los objetivos se pueden lograr o no, pero estoy satisfecho con mi trabajo.
–Los espectadores creen que los concursantes son infalibles e invencibles.
–Yo comparo muchas veces los concursos con el deporte. Parece que los grandes equipos, como el Real Madrid, tienen que ganar siempre. Un concurso televisivo es como una final de fútbol: quien tira el último penalti fuera, queda eliminado. No merece lapena darle más vueltas y seguir sufriendo. En mi primer concurso me preguntaron qué era el queso gorgonzola y no lo sabía. Luego, cuando iba por la calle veía todas las tapas con gorgonzola que antes no había visto... y me decía que lo tenía que haber sabido. También da mucha pena cuando fallas algo relacionado con tu especialidad o tu trabajo... Pero casi tengo superado el último fallo. Si te quedas en el fallo, te destruyes. Es algo que te debilita mucho psicológicamente y no va a ningún sitio.
–No hay que recrearse en los fallos.
–No. Y me han tomado mucho el pelo. A mí que me gustan tanto los relatos, voy y fallo en la palabra cuento. Pero hay que seguir adelante y no quedarse en el fallo.
–Christian Gálvez, presentador de “Pasapalabra”, dijo tras su eliminación que no iba a quedar ahí.
–Era un momento muy emocionante para mí. Acababa de perder después de seis meses en antena. No sé a qué se refería. Quizá a un futuro encuentro de viejas glorias, a un encuentro de campeones como los que se realizan a través del ‘Bote Másters’ o la “Lucha de campeones”.
–Detrás de las cámaras televisivas ¿cómo fue su marcha del programa?
–Fue un día muy emotivo. Me despedí de los compañeros y de todo el equipo, que es maravilloso. Del director Rafael Guardiola, de producción, maquillaje, peluquería, de los conductores, de todas las personas que no se ven y están detrás de las cámaras, de una familia que es muy bonita para mí.
–Con Christian Gálvez ha forjado una amistad.
–Tantos programas juntos... Y presentar sus libros cuando viene a Salamanca es muy entrañable para mí.
–¿Algún famoso de “Pasapalabra” que le haya sorprendido gratamente?
–Es otro momento bonito de “Pasapalabra”. Yo he hecho 286 programas y he estado con un centenar de parejas de famosos... Guardo buen recuerdo de Fernando Romay; Soledad Mallol, de Las Virtudes; José Corbacho (con su madre me he encontrado un par de veces por Salamanca y charlando con él es posible que hiciéramos la comunión en la misma parroquia), Alicia Borrachero que tuvo el gesto precioso de ponerse la camiseta de la Asociación de Esclerosis Múltiple, Carlos Hipólito, Jesús Olmedo, Secun de la Rosa, Mario Vaquerizo... Podría decir algo bueno de todos: de su simpatía, de sus ganas de ayudar, de lo que animan...
–Orestes ha sido su mayor rival.
–El anterior récord lo tenían Antonio Ruiz y Jaime, que estuvieron 38 programas juntos. Orestes y yo casi hemos doblado ese registro, con 75 programas. Es algo muy curioso y que nunca se había visto en la historia de “Pasapalabra”. Ha tenido un exitazo de audiencia increíble. Para los espectadores creo que ha sido muy bonito ver duelos tan competidos y durante tanto tiempo.
–Le gustaban los concursos, pero empezó a competir por casualidad.
–Estuve en “50 x 15” pero no conseguí entrar a jugar; ahí fue lo del queso gorgonzola. En 2008 fueron a la Universidad a pedir un aula para una prueba de “El Gran Quid”, para Cuatro. Me avisó José Merino, jefe de prensa de la Universidad, y pasé ese ‘casting’, otro por teléfono y fui a Madrid. Éramos 24 los seleccionados. Yo no conocía a nadie, pero eran viejos conocidos de todos por su participación en otros concursos: Javier Dávila, Óscar Díaz, Manolo Romero... No gané, pero no hice mal papel. Me animaron a seguir y hasta aquí hemos llegado.
–¿Hay una parte de Jero que siempre se está preparando para un concurso?
–Con concursos y sin concursos, me gusta leer sobre temas muy distintos. Salvo cuando me preparo de manera específica y concienzuda para un concurso, leo pequeñas cosas de temas diferentes. Me interesa todo y tengo un nivel elemental de casi todo, pero no soy experto en nada. Si tenemos algo en común los concursantes es la curiosidad: nos llama la atención un amplio espectro de temas. E indagar sobre ellos es bueno para los concursos y para la vida.
–Cuando termina un concurso como “Pasapalabra”, ¿cuál es su prioridad?
–Nunca había tenido una etapa como la última, en la que he dejado de trabajar varios meses sin empleo y sueldo por intentar hacerlo lo mejor posible. Ahora mi prioridad es volver a la normalidad. He vuelto al trabajo a finales de julio. Y se abre un periodo de reflexión sobre los concursos: no sé qué haré en el futuro.
–Se quedó sin ganar el rosco, pero el dinero no lo es todo cuando compite.
–Intento ser sensato y adecuarme a lo que la vida me proporciona. Pero no tengo la sensación de haber perdido más de 700.000 euros porque no los he ganado.
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