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Sergio Pereira y Pablo Romero, bisnieto y nieto del fundador de este negocio generacional.

El histórico negocio del 'obispo protestante de Salamanca' con un almacén lleno de tesoros: «A mi abuelo no lo vi correr...»

Sucesor de Benigno González es un taller histórico en Salamanca que ha resistido cambios en el mercado, crisis y una pandemia

José Fuentes Rajo

Salamanca

Sábado, 3 de mayo 2025, 10:51

Cuesta encontrar a día de hoy negocios como 'Sucesor de Benigno González', ubicados hoy en la carretera de Aldealengua, a las afueras de Salamanca, que cumplen 75 años de actividad ininterrumpida ligados al mundo de la carrocería y la pintura. Cuatro generaciones de la misma familia han pasado por el mostrador, resistiendo crisis, mudanzas, cambios de hábitos y hasta pandemias. Pocas empresas pueden decir lo mismo.

El actual responsable es Pablo Romero, nieto del fundador, que recuerda con afecto y admiración la figura de su abuelo, Benigno González, un personaje muy conocido en la ciudad no solo por fundar este negocio en 1950, sino también por ser una figura clave en la comunidad protestante local. «Era conocido como el 'obispo protestante de Salamanca' porque inició aquí la Iglesia Evangélica. En plena dictadura franquista, aquello no era nada fácil», cuenta Pablo.

Cartel de Sucesor de Benigno González.

75 AÑOS DE EVOLUCIÓN Y CON MUCHOS PROTAGONISTAS

La historia comenzó en un pequeño almacén de dos plantas, con un enfoque muy distinto al actual: «Entonces no había recambios hechos, se construía todo sobre la marcha según lo que necesitaban los talleres. Poco a poco se fue evolucionando y pasamos de un modelo casi artesanal a convertirnos en una droguería con productos de limpieza, insecticidas o pintura. Con el tiempo, nos especializamos en pintura y carrocería de automóvil».

El negocio pasó después a manos del hijo de Benigno, Antonio Romero, y con la jubilación de este en el año 2000, fue Pablo quien tomó el relevo. Aunque estudió un año de Económicas, pronto decidió que su sitio estaba en el negocio familiar. «Trabajaba y estudiaba al mismo tiempo, y no me centraba en los estudios así que decidí dedicarme a esto», recuerda.

Desde entonces, Pablo se ocupa de la gestión y de las pequeñas batallas del día a día. «A mí lo que me gusta y me hace feliz es el trabajo diario con sus pequeños retos: poder encontrar esa pieza que un taller no consigue o que un cliente no encuentra. No es nada espectacular, pero es satisfactorio».

El traslado a la actual ubicación en la carretera de Aldealengua se produjo ese mismo año 2000. Antes, el negocio tuvo diferentes sedes por Salamanca e incluso en Zamora, pero la más recordada es sin duda la de la calle María Auxiliadora: «Fueron los mejores años. Ahora somos cinco, pero en aquella época éramos veinte y había un gran volumen de trabajo».

Las dificultades también han estado presentes. Uno de los momentos más complicados fue poco antes de la crisis de 2008, cuando uno de los comerciales abandonó la empresa llevándose consigo a muchos de los clientes. «Fue un golpe muy duro. Luego llegó la crisis económica, y cuando parecía que empezábamos a recuperarnos, vino la pandemia. Han sido años difíciles para el comercio».

Aun así, siguen teniendo una clientela fiel en toda la provincia, y un valor añadido que muchos siguen prefiriendo al comercio online: «A través de internet es fácil confundirse de pieza o con las medidas y luego tienes que colocarla. Aquí, al fin y al cabo, si hay cualquier fallo nos responsabilizamos nosotros».

PIEZAS EXPUESTAS EN EL MUSEO DE AUTOMOCIÓN Y EL 'RAFABENI'

Entre los tesoros del almacén se encuentran piezas de vehículos antiguos como el Simca 1200, el R4 o el Ford Mondeo, y es que durante todos estos años se han acumulado piezas de gran valor que a día de hoy se exponen en el Museo de Automoción.

Rebuscando en las memorias del negocio hallamos un vehículo único: el 'Rafabeni'. Este nombre, que pertenece al coche creado en el negocio, mezcla el del fundador Benigno con el de su socio de entonces, Rafa.

La cuarta generación ya asoma en el negocio: Sergio Pereira, sobrino de Pablo, empieza a involucrarse. La historia de Sucesor de Benigno González no ha sido una línea recta, pero sí una constante de 75 años de entrega a sus clientes. «A mi abuelo no lo vi correr pero tampoco quedarse tumbado, era una persona muy activa», un aspecto que parecen haber heredado.

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