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Javier Jiménez Candil realiza una ablación a un paciente con fibración auricular. ALMEIDA
Hallazgo mundial de Salamanca sobre el riesgo de morir tras una taquicardia

Hallazgo mundial de Salamanca sobre el riesgo de morir tras una taquicardia

Los pacientes que tienen la frecuencia alta justo antes de una taquicardia tienen el doble de riesgo de fallecer | La mortalidad se produce al cabo de varias semanas, lo que deja un margen de tiempo clave para vigilar de cerca y evitarla

Domingo, 4 de diciembre 2022, 17:56

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Los cardiólogos del Hospital de Salamanca han descubierto un dato que avisa del riesgo de fallecimiento en personas que tienen desfibrilador y, por lo tanto, señala a aquellos pacientes en los que hay que ejercer un seguimiento muy estrecho para evitar su muerte.

El jefe de la Unidad de Arritmias y Electrofisiología del Hospital de Salamanca, Javier Jiménez Candil, acaba de publicar un estudio sobre la frecuencia cardiaca a la que latía el corazón de los pacientes justo antes de sufrir una taquicardia.

Los desfibriladores son unos dispositivos que almacenan mucha información y muy importante. Se nos ocurrió relacionar la frecuencia cardiaca previa al episodio con la mortalidad, así que hemos analizado los cinco latidos previos a la taquicardia y hemos encontrado que, en efecto, la mortalidad es mucho más elevada en aquellas taquicardias precedidas por frecuencias elevadas”, explica el doctor Jiménez Candil, primer firmante del estudio publicado esta misma semana en la revista Journal of the American College of Cardiology Clinical Electrophisiology.

Lo relevante de este hallazgo es que no se trata de una mortalidad inmediata en el momento de la taquicardia, sino de pacientes que fallecen a las cuatro u ocho semanas de haber sufrido ese episodio. Es clave porque permite a los cardiólogos intervenir y vigilar a aquellos pacientes que -gracias a este dato- se sabe que corren un riesgo mucho más alto. ¿Cómo de alto es el riesgo? Javier Jiménez detalla que “la mortalidad es del doble” y explica: “Las personas que sufrieron una taquicardia con una frecuencia cardiaca baja tienen la misma mortalidad que los que ni siquiera sufrieron una taquicardia. En cambio, los que tenían esos cinco latidos previos ‘acelerados’, tienen el doble de mortalidad. Esos cinco latidos previos al momento de actuar el desfibrilador tienen un poder discriminador muy potente para nuestra investigación”.

Los especialistas recuerdan que “se puede sufrir una taquicardia sin que previamente la frecuencia esté acelerada, pero esas son las que determinamos que no son nocivas. Esos pacientes pueden estar ‘tranquilos’, pero los que vienen de una frecuencia elevada corren un riesgo más alto de morir y por eso tenemos que estar más cerca de ellos”.

El mensaje que el Hospital de Salamanca está enviado a la Cardiología internacional es el de hacer algo de forma inmediata con esos miles de pacientes que, sin saber, tienen el doble de riesgo de perder la vida. “Le decimos a la comunidad que midan esa variable porque la tecnología nos regala una cantidad de información muy grande y que no siempre sabemos cómo analizar. Tenemos los datos y nos están discriminando el pronóstico del paciente”.

En pacientes con insuficiencia cardiaca y desfibrilador, el hecho de sufrir arritmias ya suponía un marcador de mal pronóstico, independientemente de que el desfibrilador actúe y neutralice la arritmia. “No estaba claro si la taquicardia es la que produce el daño que puede llevar a la mortalidad, si es la terapia ejercida por el desfibrilador la que genera todavía un mayor daño, o si el estado subclínico del paciente es lo que ya de por sí genera ambas cosas”.

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