Secciones
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Opciones para compartir
Ellos son un pozo de sabiduría y astucia, un decálogo de valores y una pieza fundamental en las sociedades. Sus arrugas denotan, como cicatrices, el paso de los años en su piel. Los mayores están presentes en cada hogar y contribuyen, cada vez más, a la crianza de las nuevas generaciones. Con motivo del Día Mundial de los Abuelos y Abuelas, ayer su labor fue reconocida y premiada.
LA GACETA se suma a ese homenaje dando voz a las historias de cuatro 'superabuelos' salmantinos que han ofrecido todo su cariño a sus hijos, nietos y bisnietos y han contribuido a la transmisión de valores, siendo conscientes de que 'los nuevos tiempos' exigen nuevas formas de educar a los más pequeños.
José Alonso Paniagua, de 94 años, tiene cuatro hijos, diez nietos y cinco bisnietos. Rebosante de alegría, «ve la vida pasar», mientras disfruta de tiempo de calidad con los suyos. Asegura que son los momentos que le provocan más felicidad y recuerda con nostalgia cuando él mismo fue padre. «Fueron años muy difíciles, solo teníamos para lo necesario y no había tantos caprichos. Se educaba en valores y respeto, eso cada vez se va perdiendo más», reconoce. José Alonso recuerda con alegría el nacimiento de su primer bisnieto, un momento que supuso un cambio de inflexión: «Me da rabia que se vaya la vida y que mucha gente solo valore el despilfarro, ahora se vive muy bien pero con demasiados excesos», afirma.
Placido Iglesias, de 85 años, ha podido conocer a dos bisnietos. También tiene cinco hijos y ocho nietos. Con una trayectoria muy ligada al trabajo, recuerda madrugar para ofrecer a sus hijos 'la mejor vida posible': «Muchos días me levantaba a las tres de la mañana para ir a ordeñar vacas y traer dinero a casa. Luego trabajé sin descanso en una empresa. Fueron años duros, de mucho dolor y en los que perdí a uno de mis hijos», reconoce Placido. Anima incesantemente a sus hijos a educar en el respeto a las nuevas generaciones: «Siempre les digo que hay que castigar. No se puede dejar a los niños con todos sus caprichos ni que hagan lo que les de la gana», asegura.
Francisco Gómez, de 76 años, tiene tres nietos. Cuida a dos de ellos, junto a su esposa, mientras su hija trabaja: «Ayudamos en todo lo que podemos, nos ponemos en su piel ya que nosotros criamos a los nuestros en su día solos y fue difícil», reconoce Francisco. Tener nietos ha sido para él un momento muy especial: «Son la alegría de la casa y un encanto. Para nosotros lo más grande». Como presidente de la Federación de Asociaciones de Mayores de Salamanca, asegura que muchos abuelos se encuentran en una situación similar: «En la asociación contamos nuestras penas y alegrías, hablamos de nuestros nietos y cada uno cuenta su historia. La mayoría de nosotros los estamos criando como si fuesen nuestros hijos, pero con mucho más tiempo que entonces».
Ana María, de 77 años de edad, tiene cuatro hijos y tres nietos. Se siente 'muy orgullosa' de ser abuela: «Con mis hijos no tuve casi tiempo de apreciar lo que es criarlos y disfrutarlos. Lo estoy haciendo ahora», explica. También pone el foco en las comodidades que están presentes en la actualidad: «Antes no teníamos agua corriente y teníamos que ir a lavar sus prendas a los lavaderos. Tampoco había pañales y teníamos que usar gasas. Era todo diferente», reconoce.
Ayer por la tarde, el Ayuntamiento de Salamanca celebró el Día Municipal de los Abuelos y Abuelas con una jornada lúdica intergeneracional en el parque de la Alamedilla. Contó con juegos tradicionales, un 'photocall', tres puestos de realidad virtual y talleres de manualidades destinados a todos los públicos. El homenaje concluyó con un espectáculo de magia.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.