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Marvin Peralta, en el quiosco de la calle Acacias. LAYA
Un golpe mortal, un negocio diferente y un sueño en el horizonte: «Queremos vender en toda la Península»
GENTE DE PRENSA

Un golpe mortal, un negocio diferente y un sueño en el horizonte: «Queremos vender en toda la Península»

Marvin Peralta y Abigail Mercado, una pareja de hondureños, regentan desde hace más de un año un quiosco en Garrido

María Regadera

Salamanca

Viernes, 9 de mayo 2025, 12:11

Marvin Peralta y Abigail Mercado, naturales de Honduras, viven en Salamanca desde hace dos años. Vinieron a la ciudad tras casi una década viviendo en Madrid con un objetivo muy claro: emprender. A día de hoy, dirigen un bar y un quiosco en el barrio de Garrido.

Durante más de una década trabajaron en Madrid por cuenta ajena en el sector de la hostelería. En el año 2020, la pareja decidió invertir sus ahorros en un restaurante de la capital, pero la pandemia les sacudió frustrando sus sueños. «Abrimos el 6 de marzo de 2020 y siete días después nos confinaron», explica el dueño. La pareja cerró el negocio, lo que significó para ambos «un golpe muy fuerte emocionalmente y económicamente mortal». Llegaron a Salamanca, abrieron un bar y adquirieron el traspaso del quiosco el 2 de enero de 2024.

Los inicios en el quiosco no han sido especialmente complicado para los hondureños. «Todo proyecto comienza siempre con cierto temor, pero a nosotros nos gusta arriesgarnos. La acogida en el barrio ha sido muy buena y seguimos manteniendo a los clientes de los anteriores dueños», afirma. Con los nuevos dueños, también han llegado nuevos clientes al negocio: «Muchos de ellos llegan por afinidad y tienes que caer en gracia. Es muy importante la simpatía y la paciencia».

Actualmente, los dueños trabajan en un modelo de negocio diferente al convencional. La pareja sueña con poder ofrecer sus productos a clientes de otras ciudades. «Estamos trabajando en esta idea. Queremos vender en toda la Península y centrarnos solo en el barrio es una limitación muy grande. Además, para ello tendríamos que dar visibilidad a nuestro negocio y hemos pensamos en crear una página web», explica Peralta.

El quiosco recibe a los vecinos desde las 9:00 a las 15:00 horas y los dueños barajan ampliar el horario. «Estamos trabajando para contratar a alguien y poder abrir también por las tardes. Hasta el momento no ha podido ser porque tenemos que trabajar también en el bar», afirma. A su vez, asegura que lo más duro del oficio es el horario y la escasez de días de descanso: «El tiempo es lo más valioso que tenemos y en este tipo de negocios tienes que echar muchas horas».

El perfil de clientes habitual en este quiosco de Garrido es mayoritariamente de mediana y avanzada edad. «Vienen muchos ancianos con andador y les sacamos a la puerta el periódico o les reservamos el pan. Ellos saben que pueden venir cinco minutos antes de que cerremos y tienen su barra asegurada. Lo más gratificante es poder ofrecer un servicio de calidad a la gente».

La pareja sueña con seguir emprendiendo en el futuro, sin dejar de lado uno de los grandes sueños que persiguen desde hace años: abrir una hamburguesería.

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