Los inmigrantes de Salamanca denuncian la represión que se vive en el continente africano

Su presidente, Margarito Linares, ha asegurado que las miles de familias que todavía residen en Senegal y que aún no se han decidido a emigrar «se encuentran rodeadas» ante los continuos y severos golpes de Estado que se viven en países colindantes como Guinea. En un año en el que Senegal se enfrenta a un proceso electoral, Linares recalca que la situación está «a punto de explotar», ya que, hasta ahora, se han contabilizado, solo en manifestaciones llevadas a cabo en contra del régimen, 79 muertos y casi 2.000 presos políticos, entre los que figuran cantantes, directores de medios de comunicación, periodistas o raperos, a los cuales se les llegó a cortar el servicio de sus datos móviles para evitar que se expresaran con total libertad.

«Senegal es el único país de todo África que está plantándole cara a lo que está sucediendo», ha añadido, además, el coordinador del partido político senegalés PASTEF (The African Patriots of Senegal for Work, Ethics and Fraternity or just Patriots of Senegal) -disuelto por el Ministerio del Interior de Senegal en el pasado mes de julio-, Amador Thiam, refiriéndose a la inmigración que muchas personas tachan de «irregular» en las distintas entidades internacionales. «De cara a estas elecciones tan próximas, nos tememos lo peor porque toda la oposición se encuentra en la cárcel. Hay 2.000 personas en la cárcel sin derecho a juicio», ha sentenciado.

Teniendo en cuenta la represión que se vive en los países africanos y, en especial, en Senegal, ya son 300 los inmigrantes senegaleses que residen en la capital charra, desde donde, junto a la federación, velan para que miles de familias y, sobre todo, jóvenes, tengan garantizado un futuro seguro y libre de dictaduras.

Según la Federación de Asociaciones de Inmigrantes, estos jóvenes se sienten coaccionados y amenazados por la posibilidad de ser asesinados por el régimen o por las organizaciones territoriales. Además, corren un «alto riesgo» de ser detenidos por el propio gobierno del país.