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Pablo Gómez en la planta 35 del rascacielos 'Sky Garden', en Londres.
El estratega cuantitativo que abandonó Salamanca para triunfar en Londres
SALMANTINOS POR EL MUNDO

El estratega cuantitativo que abandonó Salamanca para triunfar en Londres

Este matemático narra su experiencia estudiando y trabajando en el país británico

José Fuentes Rajo

Salamanca

Lunes, 5 de agosto 2024, 12:45

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Pablo Gómez llegó a la capital británica en septiembre de 2022 para realizar un máster, y después de un año de estudios, comenzó a hacer prácticas en un banco, que más tarde le contrataría de forma indefinida como estratega cuantitativo. Tras dos años en una de las ciudades más vibrantes y pobladas de Europa, el salmantino relata su experiencia defendiéndose en la ciudad del Támesis.

¿Por qué se mudó allí?

—Me mudé aquí para estudiar un máster justo después de acabar la carrera. En España había másteres similares, pero no con las perspectivas laborales que me ofrecía el que estudié aquí, en el Imperial College London. Y como factores secundarios, cambiar de aires, tener la experiencia de vivir en el extranjero, estar expuesto a otras culturas, mejorar el idioma…

¿Está satisfecho con su decisión?

—Sí, no me arrepiento en absoluto. La verdad que es un cambio importante. Los primeros meses de adaptación cuestan un poco por el cambio de cultura, hacer nuevas amistades, el idioma y demás, pero una vez que pasa merece la pena, estoy muy contento aquí, no me quejo.

¿Cuál diría que ha sido su mayor reto?

—El idioma. Venía con el nivel C1 de Advanced que me pedían en el máster, tenía buena base, pero luego lo que más cuesta es hablarlo y desenvolverte en una conversación, al principio fue un poco shock. Luego, también lo fue cambiar el 'chip' de estudiar en Salamanca, que tiene una forma de dar clase diferente a la de aquí, además de que en Londres hay gente de prácticamente todo el mundo y el ambiente es totalmente distinto. Supone un proceso de adaptación en general.

¿Cómo es trabajar allí en comparación con aquí?

—En mi sector en particular, que digamos que son Matemáticas y Finanzas, en España, las condiciones laborales yo creo que están bastante bien. Mis compañeros de la carrera todos están trabajando y si no están trabajando de esto es porque no quieren, no nos falta empleo, por suerte. Aun así, yo creo que aquí las oportunidades de trabajo son más estimulantes y existe una diferencia salarial importante respecto a España.

¿Cómo diría que es el carácter de los ingleses?

—Creo que hay un poco de todo. Tampoco los consideraría especialmente apáticos, pero sí que diría que, a rasgos generales, los españoles somos más sociables, tendemos más a entablar lazos con otras personas y de mezclar los grupos de amigos, somos más echados para adelante.

¿Qué es lo que más y menos le gusta de Londres?

—Lo que más me gusta de Londres son todas las oportunidades que tienes de ocio, que si te lo puedes permitir económicamente , es una gozada. Tienes no sé cuantos musicales, puedes hacer todos los planes con amigos que se te ocurran, hacer una cosa distinta cada fin de semana y probar nuevos lugares y restaurantes. Lo que menos me gusta es el tiempo, sobre todo las horas de luz en invierno. Y luego también el transporte público, que si no vives en el centro pues a veces tienes que perder media hora o incluso más en el metro, y encima no tienes cobertura como sí pasa en Madrid, para valorar un poco más lo que tenemos.

¿Qué es lo que más echa de menos de Salamanca viviendo allí?

—A mi familia y a mis amigos, probablemente, los pondría en punto número uno. Luego ya te podría decir tanto la comida como el clima. En verano ahora mismo creo que se está mejor en Londres que en España. Pero que en invierno se haga de noche a las cuatro o cinco de la tarde, echa bastante para atrás. Luego la comida española no tiene punto de comparación. Todo el mundo, de culturas muy variadas, dice que la comida española está muy bien, es una verdad universal.

¿Cree que esta experiencia le ha cambiado de alguna forma?

Definitivamente sí. Tampoco creo que me haya convertido en otra persona totalmente distinta que antes de venir Londres. Pero, bueno, sí que creo que poco a poco te vas moldeando, adaptándote a la situación, y adquiriendo mayor amplitud de miras porque te expones a situaciones que en Salamanca no me había encontrado. Es un proceso que te da resiliencia y que te cambia a mejor, sacando nuevas facetas tuyas.

¿Y la forma de ver Salamanca ha cambiado desde que está allí?

—Sí. Siempre voy con cariño, he estado viviendo 22 años en Salamanca, es donde me he criado, tengo muchísimos amigos, pero ahora sientes que ha pasado algo de por medio en la relación que la ha cambiado y la ves con otros ojos. Y quieras que no, acostumbrado a una ciudad grande, pues Salamanca se me queda un poco pequeña.

¿Recomendaría a otras personas vivir allí?

—Como respuesta corta sí. No es un paso sencillo, obviamente, tienes que echarle valentía, pero creo que si llega una oportunidad de estudio o de trabajo en el extranjero, merece la pena, especialmente para la gente joven, que no tiene tantos lazos, bien sea familiares o laborales, y se puede permitir dejarlo todo entre comillas. Al final es conocer mundo y otros puntos de vista.

¿Le gustaría quedarse a vivir allí?

—A largo plazo, probablemente vuelva a España, seguramente a Madrid, que es donde más oportunidades laborales hay. Pero digamos que a corto - medio plazo, cinco años a lo mejor, sí que me veo aquí, el tiempo decidirá.

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