Los empresarios alertan de los riesgos de imponer las 37,5 horas

Más rotundo es el presidente de la confederación de empresarios CES. Antonio Rollán rechaza de plano la medida por «populista» y por el «impacto negativo para la actividad de las empresas, sobre todo, de las pymes y los autónomos, que son los que sustentan el país». Reclama bonificaciones y ayudas para que las empresas puedan hacer frente tanto a esta medida como a otra serie de permisos destinados a facilitar la conciliación. Ante la delicada situación que atraviesan muchos negocios, remarca que no es el momento para adoptar este tipo de medidas que pueden poner en juego empresas que ya lo están teniendo complicado para encontrar trabajadores. Si bien hay convenios colectivos, como los del sector financiero y de la enseñanza, que ya establecen la jornada laboral de 37,5 horas a la semana, la generalización de la medida beneficiará principalmente a los trabajadores del sector servicios, como los de hostelería y transportes, según apuntan tanto las patronales como los sindicatos.

Frente a la posición crítica de los representantes de la patronal, los sindicatos celebran la medida incluida en el acuerdo presentando por Sánchez y Díaz. «Estamos muy contentos y creemos que es un avance positivo para avanzar hasta las 32 horas que es lo pedimos para el futuro», señala el secretario provincial de UGT, Marcelino Muñoz. Respecto a las críticas realizadas desde el empresariado porque la decisión no parte de la negociación colectiva, el líder de UGT insiste en que la medida se regulará por ley y en ese caso, «el Diálogo Social tiene que amoldarse» igual que ha ocurrido con la subida del salario mínimo interprofesional (SMI). En cualquier caso, Muñoz remarca que «queda mucho por concretar» ya que, de momento, solo es el acuerdo entre dos partidos que se fijan «una hoja de ruta» de cara a la constitución de un futuro Gobierno.