El Hospital de Salamanca atendió en tiempo récord 150 fracturas de cadera en solo 3 meses

La media de edad de los ancianos que sufrieron esas fracturas ascendió hasta los 87 años y aunque una parte importante de ellos eran positivos en covid, el Hospital decidió que había que operar a todos, independientemente de que sus esperanzas de vida eran cortas. “Puede haber gente que opine que no merece la pena operar a una persona tan mayor y que, además, tiene neumonía por covid, pero es una cuestión de humanidad. Es cierto que el covid disparó la mortalidad entre los operados de cadera, pero no es lo mismo morir operado que morir con muchísimo dolor por una cadera rota”, destaca el jefe de Traumatologia, Juan Blanco.

Los datos reflejan que el virus hizo mucha mella entre los ancianos fracturados. La mortalidad a 30 días de los ancianos que se rompieron la cadera en 2018 fue solo del 7%. Sin embargo, entre los pacientes que dieron positivo por covid durante la primera ola fallecieron el 33%. Un aumento considerable de un año para otro.

Por otra parte, la denominada mortalidad intrahospitalaria entre los contagiados fue del 22% durante ese periodo de 2020. “Lo que marca esta mortalidad tan alta es que muchos de los positivos desarrollaron neumonías que es el factor que claramente altera la tasa de mortalidad. En cambio, los positivos que no desarrollaban neumonía tenían las mismas cifras de mortalidad que los pacientes negativos”, aclara el doctor Blanco.

Desde el servicio de Traumatología intentaron estudiar las causas por las que las caídas y roturas de cadera no bajaron durante el confinamiento, pero no se ha hallado una razón clara. “Posiblemente, el no poder salir a la calle para caminar un poco ha debilitado a los ancianos, porque las caídas son casi siempre en el ámbito doméstico: en casa o en las residencias”, apunta. No en vano, la media de edad de los pacientes que se rompieron la cadera durante ese periodo ascendió hasta los 87 años.

La peculiaridad que permitió a Salamanca marcar diferencia fue la creación de un doble circuito covid y no covid. “La dirección del Hospital separó los dos edificios y habilitó quirófanos dedicados exclusivamente a los pacientes covid”, explica el doctor Blanco.

Esta buena organización, sumado a que se cancelaron toda las cirugías programadas no urgentes, permitieron focalizar todos los esfuerzos de los especialistas en las cirugías urgentes, lo que se tradujo en un tiempo de respuesta espectacular. “Hemos tardado solo 2,5 días en operar a los pacientes positivos, cuando la media nacional antes de la pandemia era de 3 días. Desde que entran por Urgencias hasta que se les opera pasan solo 2,5 días y eso es un indicador de calidad reconocido por la OMS”, apuntan.

Entre el ingreso y la cirugía hay que realizar también una PCR para determinar en cuál de los dos edificios se les ingresa (Clínico para los positivos y Virgen de la Vega para los negativos), pero “contar con un quirófano exclusivo para enfermos covid fue determinante para esta rapidez”, aplaude el traumatólogo jefe del Complejo Asistencial.

El 42% de las personas que sufrieron una fractura de cadera en Salamanca durante la primera ola superaban los 90 años de edad. Como dato relevante, el 60% vivían en el área urbana de Salamanca, mientras que casi el 35% vivían en residencias de mayores.

Es un dato que tiene su explicación: la esperanza de vida de las mujeres es superior a la de los hombres. Hay más mujeres centenarias que hombres centenarios en la provincia de Salamanca. Teniendo en cuenta que buena parte de los ancianos que sufren caídas y fracturas superan los 90 años, es más probable que se trate de una mujer. Además, otro dato común entre los fracturados es que padecen osteoporosis.

Dos terceras partes de los pacientes operados que eran positivos covid fueron detectados al llegar a Urgencias. En cambio, un tercio de ellos ingresaron como negativos y desarrollaron los síntomas al cabo de unos días.