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María de la Unidad y la madre abadesa María Obdulia, en la reja que separa el mundo exterior de la vida consagrada. ALMEIDA
El convento más antiguo de Salamanca se queda sin monjas

El convento más antiguo de Salamanca se queda sin monjas

Las cuatro religiosas de elevada edad que aún habitan Las Claras se mudarán en las próximas semanas al del Corpus Christi | La Junta mantendrá abiertos ambos coros y el museo

Jueves, 24 de octubre 2019, 10:32

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El convento más antiguo de la ciudad cerrará sus puertas a la vida monacal. Fundado en 1238 y tras recibir los favores reales desde Fernando III hasta la misma Isabel La Católica, Las Claras y sus comunidades religiosas han visto la evolución de la ciudad desde las rejas de la clausura. Lo que no ha fulminado la Guerra de la Independencia, los incendios o la peste que transformó una de las bóvedas, lo ha hecho la falta de vocaciones.

Será en las próximas semanas cuando se lleve a cabo la mudanza de las cuatro religiosas que aún continuaban el legado de aquel grupo que viajó a Asís en el siglo XIII para conocer de primera mano la Regla que sería la base para la construcción de monasterios por todo el mundo. Dentro de la profunda reestructuración que Las Clarisas están llevando a cabo en toda España y que ya ha afectado a varios conventos de Salamanca, las religiosas se trasladarán al convento del Corpus Christi (situado en la Ronda del Corpus) donde continuarán con su trabajo modelando y horneando las formas que abastecen a muchas de las parroquias de la provincia de Salamanca. La madre abadesa, María Obdulia, confirma que el traslado definitivo solo está pendiente “del desplazamiento de las máquinas” y de adaptar los espacios del monasterio del Corpus para este trabajo. Previamente, seis de las hermanas ya han abandonado el convento para seguir con la vida en clausura en un monasterio de Zamora.

Frente al pesimismo, la superiora del convento salmantino asimila la situación como parte de los tiempos actuales. “Son cosas de la vida que hay que tomarlas como vienen. Es un caramelo un poco amargo porque yo entré en 1968 y he seguido aquí hasta hoy. Hay que asumirlo por la falta de relevo y ahí está el problema que tenemos los conventos”, explica la madre superiora que detalla que las cuatro hermanas superan los 60 años y las más veteranas tienen 96 y 97 años con dificultades importantes de movilidad de las que cuidan tanto María Unidad como la propia madre abadesa. La comunidad era muy querida por los futuros novios. Al ser el convento más céntrico, muchas eran las parejas que llevaban la ofrenda de huevos a Santa Clara sobre todo en primavera y verano para evitar que lloviera. También la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Flagelado celebraba parte de los cultos en el templo, así como la ‘Salve Poética’ a Nuestra Señora de las Lágrimas. “Nos sentimos muy queridas por la gente de Salamanca. Nos tienen mucho cariño”, expresa la madre abadesa.

Las dos religiosas más veteranas del convento entraron en la adolescencia y saldrán con 96 y 97 años

Todas ellas entraron de adolescentes en el monasterio tras decidir la vida en clausura. Obdulia reconoce que tras su marcha no vendrán nuevas religiosas a ocupar el espacio. En un convento donde se llegó a rozar el centenar de hermanas, el silencio resuena con la fuerza del grito solo roto por los visitantes que acceden a parte de los espacios conventuales por el museo que gestiona la Junta.

Sin embargo, la salida de las religiosas del convento no tendrá un impacto directo sobre los visitantes. Fuentes de la delegación territorial confirman que mantendrá abierto todo el recorrido museístico sin variaciones. Hasta 1989 estas maravillas permanecían lejos de las miradas de los visitantes. Desde entonces y tras obtener el ‘Premio Europa Nostra’ de Restauración que llegó a contar con la presencia de la Reina Sofía se sacaron a la luz una infinidad de murales de los siglos XIII al XVII, pero sobre todo recuperar el primitivo artesonado mudéjar original que el turista puede contemplar a escasos centímetros gracias a un sistema ingenioso de pasarelas que permite observar unas pinturas que se ocultaron en el siglo XVIII tras una bóveda barroca. Las últimas obras de la administración autonómica han ido dirigidas a corregir las humedades y los problemas de capilaridad, así como a colocar una rampa para sortear las escaleras de acceso al convento.

El uso de los espacios conventuales, reservado hasta ahora únicamente para la clausura, será gestionado por la Fundación Edades del Hombre. La entidad llegó a un acuerdo con la Federación del Sagrado Corazón de Jesús de las Hermanas Pobres de Santa Clara para gestionar los espacios deshabitados de la orden en Salamanca. Fruto de este acuerdo se ha beneficiado el convento de Las Úrsulas que abrirá próximamente al turismo o la gestión del Monasterio de Santa Clara, cerrado en Ciudad Rodrigo en el año 2017.

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