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Jueves, 27 de febrero 2020, 17:57
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A finales del mes de enero fallecía Terry Jones, uno de los míticos integrantes del grupo británico de humor ‘Monty Python’, como consecuencia de la demencia que padecía. Poco después se conocía que había decidido donar su cerebro a la ciencia
Esta es solo una de las muestras de la importancia de la labor del Banco de Cerebros del Instituto de Neurociencias , uno de los 15 del país. Su director, Javier Herrero, explica a LA GACETA tras el homenaje al mecenas Enrique Espinel Jiménez la situación actual del centro. “La última vez que nos financió la Junta fue en el año 2016 y ya entonces nos informaron que no nos daba un euro más. Tuvimos muchas dificultades y gracias a la Universidad y el Ibsal subsistimos con los 6.000 euros que nos aportan”, detalla. Sin embargo, la situación se está volviendo más crítica por el final de un contrato “clave” de una técnica de laboratorio que finaliza en abril y está adscrito a una convocatoria pública. “Si tuviéramos una subvención directa pública, podríamos optar a ese puesto de una forma segura. A través del INCyL mandamos una carta a la Consejería de Sanidad antes de las elecciones y después a la nueva consejera de Sanidad”. “Desgraciadamente —insiste— aún no hemos recibido respuesta pero está invitada a venir para que le expliquemos la importancia del Banco de Cerebros de Castilla y León”. Eso sí, Pérez señaló el “compromiso” de los profesionales para la “supervivencia del centro”. “Tenemos que persistir como sea a pesar de los políticos, sean de un lado o de otro no solo por lo que han donado y sus familiares, sino por las cerca de 450 personas que ya han dado su consentimiento informado”, detalló.
El director del Instituto de Neurociencias, Manuel Sánchez Malmierca, también se mostró muy directo cuando pidió “mayor inversión pública”, consciente de que “nunca está en la agenda prioritaria”. “Debería invertirse más. Hago un llamamiento a los políticos y a todas las personas que quieran invertir más en ciencia que va a suponer una inversión para nuestro desarrollo”, expresó.
Apenas pudo pronunciar unas escasas palabras por la emoción. El Instituto de Neurociencias rindió un caluroso homenaje a Enrique Espinel Jiménez, doctor en Antropología Cultural por la Universidad de Valladolid y exmiembro del Comité de Dirección Industrial de Renault España con motivo de su donación al Banco de Cerebros.
En apenas una frase, resumió la razón para dejar parte de su herencia con fines de investigación. “Mi madre durante diez años tuvo alzhéimer y vimos como cada día se deterioraba. Y al final ya no nos conocía...”, expresaba con la voz entrecortada tras revivir el recuerdo de su madre. Por ello, justificó “un gesto” gracias al que “poder investigar para que se puedan descubrir cosas importantes cuanto antes”.
La vicerrectora de Investigación y Transferencia de la Universidad de Salamanca, Susana Pérez, ayudó a Espinel cuando no podía contener la emoción para explicar el porqué de la donación. “En su familia habían tenido alzhéimer en una persona próxima como era su madre y además se estaba repitiendo en otros familiares. Nos ha destacado la importancia que tiene poder avanzar para buscar las causas, el tratamiento y el diagnóstico. No acaba de entender las dificultades económicas y las trabas”, explicaba sobre las razones de que hubiera cedido parte de la herencia.
Pérez lamentó que aún haya que dar más pasos para que haya una “concienciación social” sobre el papel de la ciencia más allá del cortoplacismo. “Debemos agradecer desde la Universidad cualquier iniciativa sea grande o pequeña, pública o privada que contribuya a mejorar la financiación”. “Sin financiación es muy difícil avanzar”, incidió la vicerrectora que señaló que aún queda mucho por hacer para sensibilizar sobre una “cultura del mecenazgo”. A esta falta de concienciación social, también recordó que “la cuestión legal no ayuda” para que se fomenten los mecenas. “Todavía no se entiende que el mecenazgo cultural o científico sea una inversión y hace que toda la normativa que existe en torno a ella lastre muchas iniciativas”. En esta línea, pidió seguir el modelo de países vecinos como Francia o Alemania. A pesar de estas aportaciones, Pérez recordó que la financiación pública “es esencial”.
El Banco de Cerebros es uno de los impulsores de acciones de micromecenazgo, posibilitando a cualquier institución privada o persona física, realizar una donación económica. Debido a que las aportaciones de esta unidad del Instituto de Neurociencias solo está sustentada por la Universidad y una pequeña aportación del IBSAL, el mecenazgo se convierte en una de las principales herramientas para el mantenimiento del servicio. Los responsables de la Universidad invitaron a que tras la acción de Espinel, muchos sigan su ejemplo.
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