El aumento de averías en trenes aviva el clamor por la marginación ferroviaria
El Alvia y los ‘trenes lentos’ sufren cinco averías en apenas mes y medio: en la mitad fue necesario trasladar a los pasajeros
Casi tres años después de que el Ministerio de Transportes aislara a Salamanca con infinitas excusas para no devolver la cuarta frecuencia del Alvia, los pasajeros han comprobado la resurrección de un problema que parecía ya olvidado: las averías y retrasos en los trenes. En apenas mes y medio, los salmantinos han sufrido seis averías tanto en el moderno Alvia —llevan poco más de ocho años prestando funcionamiento en Salamanca—como el modelo 599 que conecta la capital salmantina con Madrid por Ávila; y el regional que lo hace a través de la Media Distancia con Valladolid.
Precisamente, los incidentes en el tren rápido han sido los más llamativos ya que en los dos casos que se han producido en el inicio del año han obligado a trasladar a los pasajeros a otro vehículo para la solución de la avería. El primero de ellos se produjo el 8 de enero cuando el tren rápido se quedó varado entre la localidad vallisoletana de Olmedo y la segoviana Navas de Oro. El conjunto de pasajeros tuvo que ser trasladado hasta Segovia donde tuvieron que ser reubicados en un nuevo tren: la llegada a la estación de Chamartín fue con una hora de demora.
El segundo incidente se produjo en la misma estación de Vialia. El Alvia ni siquiera llegó a arrancar. Los usuarios del tren, completo con el ‘bono gratis’, tuvieron que esperar una hora para ser reubicados en un tren de Media Distancia por Ávila que acababa en Príncipe Pío, a diferencia del destino final de los trenes rápidos en Chamartín. Durante este mes y medio también se han producido retrasos de una hora en los servicios a Valladolid y en dos servicios de Media Distancia a Madrid: el primero tuvo que detenerse en la localidad abulense de San Pedro del Arroyo con motivo de una avería, y el segundo tuvo una demora de más de media hora debido a los retrasos producidos por este incidente. Ya el pasado año se detectaron problemas de goteras en uno de los vagones.
Los trabajadores señalan que uno de los principales problemas con los trenes Alvia es que la vía que llega hasta los talleres de Renfe no está electrificada, lo que obliga a trasladar a Fuencarral a los vehículos que no se encuentran en buenas condiciones. En la misma línea, manifiestan que, aunque los Media Distancia sí se arreglan en los talleres de Salamanca, el servicio se encuentra externalizado y los operarios contratados por Renfe no pueden acceder a estos trabajos. Claudio Sanz, representante del Comité de Empresa de UGT, achaca a que no se dé “un mantenimiento adecuado” la sucesión de averías en unos trenes que no tienen una antigüedad suficiente para dar este tipo de problemas (los últimos trenes MD 599 se incorporaron en 2008 y los Alvia en 2015).
Fuentes de Renfe achacan estos incidentes a “problemas puntuales” y en ningún caso de que se trate de una situación estructural que afecte tanto a los Alvia como a los Media Distancia en los destinos de Madrid y Valladolid. Rechazan que exista un problema de mantenimiento, tal y como denuncian los trabajadores y trasladaron a través del manifiesto en defensa del tren de Salamanca que volvieron a firmar 17 instituciones y asociaciones de Salamanca abanderadas por el Ayuntamiento. En cada una de las averías la causa ha sido una “incidencia técnica”. Desde la compañía se recuerda el compromiso de puntualidad que afecta tanto a los trenes rápidos (devolución del 100% del billete cuando el retraso es superior a los 30 minutos) o en los Media Distancia (una hora).
“Hay maquinistas y hay trenes”
Los trabajadores señalan que los vehículos de Salamanca se están infrautilizando y que hay suficientes maquinistas, pasajeros y vehículos para que hubiese una cuarta frecuencia. “Falta voluntad política”, incide Sanz en la línea de lo que declararon los firmantes del manifiesto en defensa del tren. Fuentes de Renfe aclaran que el escrito debe ser respondido por el Gobierno, al igual que hizo Sánchez en su escrito del pasado 10 de enero.