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Puerta del módulo de presos en el Hospital de Salamanca ARCHIVO
Dos años de silencio de Marlaska ante el módulo de presos en el Hospital de Salamanca

Dos años de silencio de Marlaska ante el módulo de presos en el Hospital de Salamanca

Desde el año 2021 Instituciones Penitenciarias esquiva firmar el convenio para la apertura de la Unidad de Custodia | Alejandro Vázquez le recuerda al ministro que en diciembre prometió «una pronta solución al problema»

Javier Hernández

Salamanca

Martes, 23 de mayo 2023, 18:21

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El módulo penitenciario de Topas en el Hospital de Salamanca permanece cerrado y «sin el menor indicio de poder avanzar en las obras de adecuación» después de dos años de infructuosas conversaciones con el Ministerio de Interior, y siete meses en los que el diálogo se ha realizado directamente con Fernando Grande-Marlaska.

La iniciativa de involucrar al propio ministro no ha surtido ningún efecto y la «pronta solución» que Grande-Marlaska le prometió a la Junta de Castilla y León el pasado mes de diciembre se ha quedado en papel mojado, por lo que en Sanidad se respira cierta desesperación.

«Sinceramente, me sorprende esta parálisis a tenor de tus propias palabras recogidas en la carta que me dirigiste con fecha 20 de diciembre de 2022, en la que me comunicabas «seguiremos trabajando para poder llegar a una pronta solución a este problema», escribe el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, en la última carta que hace unos días remitió a Marlaska.

La futura Unidad de Custodia del Hospital de Salamanca sigue siendo un simple pasillo cerrado, vacío y en estado de obras para fastidio de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado -que tienen que llevar a los presos de una ciudad a otra porque no tienen dónde ingresarles-, de los profesionales de Urgencias del Hospital de Salamanca -que son los que atienden a los presos en condiciones peculiares junto al resto de pacientes-, de los sanitarios del Hospital Río Hortega -que tienen que asumir a los reclusos de la prisión salmantina-, y también para los propios presos, que cuando sufren problemas realmente graves tienen que afrontar un tedioso circuito de enfermerías, furgones y diversos hospitales hasta poder ser ingresados.

La Junta de Castilla y León lleva casi nueve años conversando con el Gobierno sobre cómo debe construirse este módulo para presos dentro del Hospital de Salamanca.

El acuerdo entre la Junta y la subdirección general de Servicios Penitenciarios era total desde el año 2014 y lo que faltaba era construir el propio Hospital de Salamanca. En cambio, a partir de 2021 la situación se enquistó, cuando Instituciones Penitenciarias notificó en un informe que el módulo de reclusos del Hospital «parece estar sobredimensionado», pese a que se había seguido el mismo plan al que se le dio el visto bueno en 2014.

La Consejería de Sanidad modificó los planos para amoldarse a las nuevas exigencias de Instituciones Penitenciarias, pero en cuanto solicitaron la firma de un convenio para que el Gobierno participe en el pago de ese espacio que Sacyl les cede dentro de su hospital, la comunicación se ha cortado.

Primero alegaron que el proyecto inicial era muy grande y había que reducirlo a una tercera parte. Después de ordenar cómo tienen que hacerse las cosas indicaron que no se harían cargo de la obra porque el edificio -como casi todos los hospitales de España- no les pertenece.

Desde entonces, Sacyl ha intentado desbloquear la situación dialogando directamente con el ministro de Interior, pero lo que al principio parecía una decisión acertada, ha quedado reducida a buenas palabras sin consecuencias.

Imagen del Centro Penitenciario de Topas ARCHIVO

Seis de las diez plazas médicas de la cárcel de Topas están vacantes

La relación entre el Centro Penitenciario de Topas y la atención sanitaria atraviesa por problema tanto fuera como dentro de sus muros.

Desde hace años lleva esperando por una Unidad de Custodia en el Hospital de Salamanca que no llega, pero además, los médicos que deberían trabajar dentro de la prisión también brillan por su ausencia.

El diario El Mundo publicaba en su edición de ayer un informe elaborado por el sindicato Acaip sobre la falta de facultativos en la prisiones. Este reporte asegura que el 80% de las plazas existentes en las prisiones de Castilla y León están vacantes y lo achacan, además de a la falta generalizada de médicos en España, «a los bajos sueldos y el mayor riesgo que asumen» los facultativos que ejercen su profesión 'entre rejas'.

Según los datos que maneja la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias, la cárcel de Topas cuenta con diez plazas de médicos, pero ocho de ellas estarían vacantes.

Fuentes penitenciarias puntualizan a LA GACETA que, en realidad, cuentan con cuatro facultativos -entre profesionales interinos y de carrera-, aunque, efectivamente, dos de ellos estaban de baja en el momento de realizarse ese informe.

Los especialistas asumen que se trata de «un problema generalizado en toda España» porque «a la escasez de profesionales» se suma el hecho de que «los médicos prefieren trabajar en el sistema nacional de salud o en otros ámbitos antes que en las prisiones».

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