Despedidos por vacaciones: casi 1.500 profesores de Salamanca, a la calle en solo dos meses

En junio los alumnos empiezan las vacaciones y, con ellos, cada vez más profesores, monitores y empleados de centros de enseñanza públicos y privados son despedidos. El próximo curso volverán a ser necesarios y casi con seguridad todos ellos, e incluso alguno más, serán contratados, pero hasta entonces se quedan sin sueldo. No son uno ni dos los que se van a la calle. Solo en los dos últimos meses se ha dado de baja en la provincia a 1.478 afiliados a la Seguridad Social que trabajaban en el sector educativo. Esta cifra supone que uno de cada siete, el 14,5 %, de los 10.205 salmantinos que desarrollan su labor en este ámbito se han quedado sin empleo desde el 31 de mayo.

No hay ningún otro sector laboral en el que se produzca un despido masivo tan elevado. Ni siquiera el número de trabajadores de la hostelería y el comercio desciende tanto en los meses de octubre —tras el verano— y en enero —tras la campaña de Navidad— como el de docentes, monitores y otros profesionales de la educación que se van a la calle en verano, según los datos que ofrece la Seguridad Social.

No es un problema solo de Salamanca. En el conjunto del país en junio y julio se han ido a la calle más de 213.000 trabajadores del sector educativo, un 15,7% de los que estaban dados de alta. De hecho, junto a Ávila y Soria, esta es la provincia de Castilla y León en la que hay un menor número de despidos estivales. En cualquier caso, las afiliaciones muestran que casi el 78 % del empleo que se había generado en el sector desde julio de 2023 en Salamanca se ha destruido en prácticamente dos meses. Hace un año el INSS tenía contabilizados 8.243 trabajadores de la enseñanza en la provincia que a finales de abril de 2024, cuando se alcanzó el pico, ya eran 10.400. Sin embargo, desde entonces han descendido a 8.727, lo que implica que el aumento interanual se ha quedado solo en un 5,9 % —484 puestos de trabajo—.

Esta situación de inestabilidad está directamente vinculada, aunque no es la única causa, con la alta ratio de interinidad que existe en colegios e institutos. Aunque pueda parecer que se trata solo de un problema de los centros privados y concertados, que de esta forma se ahorrarían el pago de salarios en veranos, algo que facilitaría el impulso que se ha dado al contrato fijo discontinuo, lo cierto es que afecta en igual o mayor medida a los centros públicos.

Según señalan los sindicatos, gran parte de los que se van al paro son empleados de la administración pública. Se trata de interinos que se contratan para cubrir bajas o jubilaciones. Si las plazas se publican como vacantes, el trabajador que la ocupa se contrata para todo el curso y, por tanto, también para el periodo no lectivo. Sin embargo, si no se trata de un tutor y el colegio puede permitirse estar un par de semanas sin ese profesor, la misma plaza puede publicarse como sustitución y, aunque quien la cubra se encuentre en ella desde septiembre hasta junio, podría ser despedido en agosto, aunque haya previsión de que va a ser necesario a comienzos del siguiente curso, denuncian cada verano los representantes de los trabajadores. La normativa apunta que solo cobran julio y agosto los docentes contratados para todo el curso, mientras que el resto suelen acabar su contrato el 30 de junio y cobran las vacaciones no disfrutadas.

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