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Miriam Peláez en su coche adaptado. L.G.
Desde Segovia hasta Salamanca para sacarse el carné de conducir por una enfermedad rara

Desde Segovia hasta Salamanca para sacarse el carné de conducir por una enfermedad rara

Miriam Peáez: “Mi intención era ir a Segovia o Ávila, pero no me quedó más remedio que hacerlo en Salamanca”

Sábado, 13 de agosto 2022, 19:05

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Miriam Peláez tiene 23 años y hace justo uno que se sacó el ansiado carné de conducir. Sin embargo buscar autoescuela, lo que se supone que debería haber sido un trámite de lo más sencillo, no fue nada fácil. La joven es de un pueblo de Segovia ubicado entre la capital segoviana y Ávila. “Mi primera intención era sacármelo en alguna de esas dos ciudades pero fue imposible. Me puse a buscar y no había ninguna que tuviera coche adaptado. No me quedó más remedio que hacerlo en Salamanca, que es donde estaba estudiando la carrera”, recuerda.

Miriam tiene una enfermedad rara que le afecta a la fuerza de las piernas, por lo que en su caso a la hora de conducir tiene que hacer todo con las manos. “Tengo un aro delante del volante que es el acelerador y luego una palanca que actúa como los frenos de los pie. Al principio no fue sencillo porque tienes que mantener el acelerador pulsado a la vez que giras el volante y daba muchos tirones pero en cuestión de tres días lo tenía dominado”, explica.

Una vez que consiguió obtener el permiso de conducción, llegó el momento de adquirir un vehículo, algo que asegura que le ha dado muchísima libertad y calidad de vida. “Ahora puedo ir Salamanca-Segovia sin depender de nadie y es genial. Tuve que comprarme primero el coche y luego llevarlo a un taller especializado a que me hicieran las adaptaciones. Pagué a mayores unos 3.000 euros sin ningún tipo de ayuda, aunque para adquirir el vehículo por la discapacidad sí tuve una reducción del IVA. Además estamos exentos de algunos impuestos, como el de circulación”.

Sobre el número de vehículos adaptados que hay en las autoescuelas salmantinas, cuatro, Miriam Peláez es clara: “Son pocos. A mí me parece que hay escasez. Prueba de ello es mi caso, que me tuve que desplazar hasta Salamanca para poder hacer las prácticas porque no había ninguna cerca de mi casa. Qué mínimo que haya uno de estos coches en cada autoescuela”, concluye Peláez.

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