Se cumplen 27 años de la muerte de Lady Di: así fue su visita a Salamanca

Este sábado se cumplen 27 años desde el mundo se despidió de uno de los iconos más representativos de la segunda mitad del siglo XX, Diana Frances Spencer, la princesa de Gales, más conocida como Lady Di.

Aunque en el marco de la monarquía británica tuviese el título de Princesa, en el resto del universo se convirtió en la 'Reina de corazones' gracias a la cercanía que siempre mostró con el pueblo en comparación con el resto de miembros de la Casa Real.

Su carisma y empatía la impulsaron a protagonizar varios momentos que han quedado impresos en la retina de ciudadanos de todo el mundo, como cuando abrazó a un niño enfermo de SIDA en una época en la que la enfermedad estaba muy estigmatizada y generaba mucho rechazo; el día en el que participó en una carrera en el colegio de su hijo, el Príncipe Guillermo, como una madre más; o cuando tuvo el coraje de atravesar un campo de minas antipersona en Angola para promover su prohibición a través del impacto mediático, un proyecto que llegó a recibir el Premio Nobel de la Paz.

Pero además de por sus hazañas y elegancia, Diana logró captar la atención total de los medios de comunicación por su tortuoso matrimonio en el que experimentó trastornos alimenticios, depresión y una enorme soledad agravada por las constantes infidelidades de su marido, el entonces príncipe Carlos, problemas de los que habló públicamente en diversas ocasiones, la más conocida y que supuso una auténtica bomba de relojería, fue su entrevista en la BBC en el año 1995 en la que confesó que en su matrimonio eran tres personas, un momento de la televisión considerado por muchos la «entrevista del siglo».

Desgraciadamente, la Princesa de Gales perdió la vida dos años más tarde, cuando el coche en el que iba el 30 de agoto de 1997 sufrió un terrible accidente en el Puente del Alma de París cuando huía junto a su pareja Dodi Al-Fayed de los paparazzi, muriendo a causa de las heridas al día siguiente.

Esta enorme popularidad de la princesa de Gales en todo el mundo se hizo palpable el 24 de abril de 1987 en Salamanca, cuando los príncipes visitaron la ciudad acompañados de las Infantas Elena y Cristina.

A las 12:00 horas del mediodía el helicóptero en el que viajaban aterrizó en el Seminario de Calatrava, y cinco minutos más tarde llegaban a la Plaza Mayor, donde se encontraron con el alcalde de la ciudad en aquel momento, Jesús Málaga.

El Consistorio obsequió a la pareja con una bandeja conmemorativa de la visita, quiénes firmaron junto a las infantas en el libro en el Libro de Honor de la Casa Grande.

Para su visita a Salamanca, Lady Di no lució un vestido negro de amplio escote como el de 'la venganza', pero aún así mantuvo su elegancia y presencia con un traje rojo vivo de chaqueta y cinturón, cuello blanco, bolso del mismo color y zapatos de medio tacón.

Tras su visita en el Ayuntamiento, a las doce y viente salieron al balcón para contemplar la Plaza Mayor y saludar a las personas que la llenaban, cuya presencia fue recibida con aplausos y aclamaciones.

Al concluir el primer acto, los Príncipes, las Infantas y su séquito cruzaron la Plaza a pie, rompiendo el protocolo al acercarse a la multitud que, bajo un intenso sol, esperaba pacientemente. Se detuvieron para saludar, estrechar manos e intercambiar palabras con los asistentes. Posteriormente, se montaron en un coche rumbo hacia las catedrales.

Una vez allí les explicaron al detalle los aspectos arquitectónicos y artísticos del lugar, y tras el interés que les suscitó el monumento, desviaron su itinerario para poder explorar la Catedral Vieja y admirar el retablo mayor y el órgano de Salinas, que el propio Príncipe hizo sonar.

Continuaron su visita en los museos Municipal y Diocesano donde descubrieron una placa conmemorativa. Luego se dirigieron a la Universidad, donde fueron recibidos con entusiasmo por la multitud y el rector les condujo al Aula de Fray de León, la capilla y la biblioteca renacentista. Como obsequios, los Príncipes pudieron firmar en el libro de honor y recibieron un óleo del decano de la Facultad de Bellas Artes y ediciones facsímiles de obras literarias.

Finalmente, tras recorrer a pie la calle Libreros, se dirigieron al Colegio Mayor Fonseca, donde el Ayuntamiento les ofreció un almuerzo. Durante el postre, la tuna universitaria interpretó su repertorio y vistió a los Príncipes y las Infantas con sus capas tradicionales, momento en el que Lady Di hizo alarde de su cercanía y garbo. Su presencia era tal que los tunos le hicieron un pasillo con las capas.

Aunque la jornada fue breve y agotadora, estuvo marcada por la calidez y la cercanía de los salmantinos. A las cuatro y media, con un ligero retraso, partieron hacia el Seminario de Calatrava para su regreso a Madrid en helicóptero.

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