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Vehículos en la calle Zamora. FOTOS: ARCHIVO
Cuando los coches pasaban por las calles Toro y Zamora y casi nadie quería que se peatonalizaran

Cuando los coches pasaban por las calles Toro y Zamora y casi nadie quería que se peatonalizaran

Comerciantes y conductores rechazaban el plan de Málaga de liberar de tráfico estas dos vías hace 26 años

Sábado, 26 de diciembre 2020, 11:38

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Hoy en día nadie se imagina las calles Toro y Zamora con tráfico rodado pero en la década de los noventa, los proyectos de peatonalización de ambas vías levantaron ampollas entre los comerciantes del centro y también entre los conductores. Pese al miedo inicial, ahora se ha comprobado que aquel plan funcionó y el comercio salió ganando con un incremento del tránsito de clientes y peatones.

La primera calle que recuperaron los viandantes en Salamanca (tras la Plaza Mayor en los años 70) fue la Rúa y en 1994 el por entonces alcalde socialista Jesús Málaga, con Jorge Sánchez Olivera como concejal de Tráfico y sus socios del CDS, puso en marcha el llamado Plan de Tráfico para intentar solucionar la problemática circulación de la ciudad, y que incluía las peatonalizaciones de la calle Toro y la calle Zamora. En 1994, ambas calles se cerraron al tráfico.

Los comerciantes de las vías temían perder clientela y turistas y soportaron las obras durante un largo año

Con el inicio de las obras el rechazo al Plan de Tráfico fue en aumento. Tanto que los comerciantes, que temían perder clientela y turistas, amenazaron con protestas violentas y se reunieron sin éxito con Málaga y Olivera. El comercio exigió encargar un estudio sobre el impacto de la peatonalización en los sectores afectados además de pedir aparcamientos subterráneos antes de emprender la obra. También los conductores, como forma de protesta, ignoraron las prohibiciones y los primeros meses algunos estacionaban y circulaban por Toro y Zamora.

La calle Toro antes de la peatonalización.
La calle Toro antes de la peatonalización.

Durante un largo año los comerciantes tuvieron que soportar las molestas obras que se retrasaron y se extendieron hasta 1995 ya con la nueva legislatura de Julián Lanzarote iniciada. El desconocimiento de las infraestructuras bajo tierra dificultó los trabajos, además del factor añadido del tráfico peatonal que obligó a trabajar por zonas y dejar obras de acceso a los comercios.

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