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Imagen de la procesión de la Hermandad del Cristo del Amor y de la Paz.

El Cristo del Amor y de la Paz y María Nuestra Madre vuelven a cruzar el Tormes en una procesión marcada por la emoción y el silencio

Salmantinos y turistas pudieron palpar en los aledaños de la Iglesia del Arrabal la fe y la tradición

Celia Luis

Salamanca

Jueves, 17 de abril 2025, 20:48

Las campanas de la Iglesia Nueva del Arrabal resonaban a las 20:30 cuando partía, entre lágrimas y aplausos, la Hermandad del Amor y la Paz en uno de los recorridos más icónicos de la Semana Santa salmantina.

Este año, con una nueva campana y con la imagen de María Nuestra Madre, obra de Hipólito Pérez Calvo, sometida a un proceso de limpieza y consolidación del policromado, la salida fue aún más especial. La imagen emergió iluminada entre pétalos de colores y flores. Es una de las salidas más complejas, al realizarse desde el templo desacralizado situado en la ribera del Tormes, y su paso por el Puente Romano es único en la Pasión salmantina.

En medio de un atardecer cargado de sentimientos encontrados, cientos de personas abarrotaron los alrededores de la Iglesia Nueva del Arrabal y las zonas colindantes del casco histórico salmantino para ser testigos de lo que, durante más de medio siglo, ha sido uno de los ‘desfiles’ más especiales y esperados en las rúas de Salamanca.

Al son de la Sección Musical del Cristo Yacente y la Banda de Música de Villamayor, el Santísimo Cristo del Amor y de la Paz (de autor anónimo y del siglo XIII) y María Nuestra Madre (Hipólito Pérez Calvo, 1987) atravesaron, amparados por sus hermanas y hermanos de carga, el Puente Romano para procesionar por algunas de las zonas más céntricas de la ciudad, lanzando un alegato de armonía.

Desde su salida, con las catedrales de fondo y los hermanos vestidos con hábito blanco, a cara descubierta y con farolillos en las manos, se vivió una estampa inigualable. Además, se efectuó la tradicional llamada a las puertas del templo a cargo del Hermano Mayor, Manuel González Rodríguez.

De esta forma, las dos últimas tallas que procesionaron en la tarde de este Jueves Santo encandilaron a todas las personas que siguieron la estela que fue dejando el recorrido penitencial de la cofradía —una de las imágenes más bellas del Puente Romano de noche— rumbo al atrio de la Catedral sobre las 22:30 horas, donde se celebrará el acto penitencial, uno de los momentos más emotivos del Jueves Santo, antes de regresar a su ‘casa’: la liberación de palomas como símbolo de paz.

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