¿Conoces las esculturas que hay repartidas por Salamanca?
Varias tallas rinden tributo a las celebridades que han dejado huella en la capital charra | La calle Bordadores, la plaza de los Bandos o la Rúa albergan algunos de estos reconocidos ‘tesoros’
Muchos son los escritores, artistas o pensadores que han pasado por Salamanca dejando su huella en la ciudad. Las rúas salmantinas han recogido el paso de muchos de ellos recordándolos con esculturas de sus figuras o de sus rostros, las cuales se han ido inaugurando a lo largo de los años.
Esta ruta da comienzo recordando al fraile dominico español del siglo XVI, Francisco de Vitoria, que cuenta con una escultura ubicada en la plaza del Concilio de Trento, frente al convento de San Esteban, la cual se inauguró en el año 1975. A pesar de ser burgalés de nacimiento, llegó a Salamanca en 1526 al obtener la cátedra de Teología de la Universidad, donde estuvo enseñando hasta su muerte. Fundó la famosa Escuela de Salamanca, a la que pertenecieron influyentes juristas y teólogos de la talla de Melchor Cano o Domingo Báñez y es considerado el padre del derecho internacional moderno y el principal defensor de los derechos humanos de los indios americanos.
La plaza de los Bandos acoge la figura de Carmen Martín Gaite; una salmantina que fue una reconocida escritora a finales del siglo XX. La escultura se inauguró en el año 2000, después de la muerte de la escritora. Martín Gaite recibió premios literarios tan reconocidos como el Premio Nadal o el Premio Príncipe de Asturias de las Letras Españolas y algunos de sus títulos más populares que cuentan con su autoría son novelas como ‘Entre visillos’ o ‘El cuarto de atrás’.
Un personaje más contemporáneo es Vicente del Bosque, nacido en Salamanca y reconocido por ser antiguo jugador del Real Madrid y antiguo seleccionador de la Selección Española. Su estatua se puede encontrar en la plaza del Liceo desde el año 2018.
La ruta continúa con Fray Luis de León, cuya estatua está ubicada en el Patio de Escuelas, frente a la fachada de la Universidad. Con motivo del traslado de sus restos a la capilla de San Jerónimo de la misma, en el año 1858 se planteó la idea de erguir este monumento, que, finalmente, fue inaugurado en 1869. Esta escultura homenajea a uno de los humanistas, teólogos y poetas más importantes que han pasado por las aulas de la Universidad de Salamanca. Pasó cuatro años encerrado, condenado por la Inquisición, en una prisión de vallisoletana por la traducción del “Cantar de los Cantares”.
Este paseo sigue con la escultura de 1993 de Francisco Salinas, conocido como ‘Maestro Salinas’, ubicada en la Rúa Antigua. Este músico burgalés se dedicó al canto y al órgano a pesar de quedarse ciego a los once años. Se trasladó a la capital charra en 1567, en cuya universidad obtuvo la cátedra de Música durante más de 20 años. Fue precisamente aquí donde conoció al poeta Fray Luis de León, con quien mantuvo una buena relación de amistad.
Para terminar, la calle Bordadores acoge la escultura de una de las figuras más representativas para la ciudad charra: la de Miguel de Unamuno. Este monumento, inaugurado en 1968, recuerda al escritor vasco, que pasó buena parte de su vida en la ciudad del Tormes. Está ubicada frente a la casa del Regidor Ovalle Prieto, donde vivió y murió Unamuno.
Salamanca fue una ciudad fundamental en su trayectoria, ya que fue rector de la Universidad en dos etapas diferentes: la primera fue desde 1901 hasta 1914, hasta que fue desposeído del título por declararse partidario de los aliados, y la segunda fue desde 1931 hasta 1936, ya que la República le devolvió su rectorado. Esta escultura es una de las varias conmemoraciones que Salamanca le ha hecho al autor.